Iz, el lápiz feliz

Versión Original - En el camino de la playa

Portada del libro Iz el Lápiz Feliz

¿Y si un lápiz pudiera sentir, pensar y evolucionar?

Acompaña a Iz, un lápiz plantable muy especial, en un viaje extraordinario por el camino de la playa. Lo que comienza con un simple miedo al sacapuntas se transforma en una profunda exploración sobre la felicidad, el amor, la amistad y el poder de la conciencia.

Junto a sus sabios amigos, el Árbol de la Existencia, Planti y Fruturo, Iz descubrirá que la verdadera existencia no se mide por cuánto duramos, sino por las huellas que dejamos. Aprenderá a construir su propia 'Matriz Interna', a activar su 'Corazón Solar' y a conectar con la red que une a todos los seres.

'Iz, el lápiz feliz' es más que un cuento; es una invitación a despertar, a sembrar principios y a recordar que la felicidad es el eco de vivir en unidad con el todo. Una lectura para inspirar a niños y adultos a convertirse en los arquitectos de su propio universo interior.

CAPÍTULO 1: FELIZ

Iz, el lápiz feliz, comienza un nuevo año nuevo y se pregunta sobre la felicidad, el miedo a desaparecer y cómo crear su propio estado de alegría, descubriendo que la verdadera felicidad nace de la conciencia de existir.

-¡Feliz año nuevo!

-¿Quién habló? -dijo Iz, el lápiz feliz.

-El Árbol de la Existencia. Estás nuevamente aquí y ahora celebrando un nuevo ciclo. Y hoy es un día feliz para miles de millones de personas. Sintoniza tu antena radar, ¿escuchas por todos lados las palabras "feliz año nuevo"?

-¡Sí, es cierto, y en diferentes lenguajes en todo el mundo!

-Por eso estás feliz - respondió el árbol, que también sentía ese estado de gratitud.

-Pero yo pensé que solo podía estar feliz cuando escribía, dibujaba, sembraba y cultivaba. Ahora soy consciente de que puedo ser feliz porque otros están felices. Es decir, que la felicidad se puede transmitir.

-Sin embargo, a veces me apena saber que un día dejaré de existir. Tengo miedo al sacapuntas -expresó preocupado el lápiz.

-Tienes razón, te harás cada vez más pequeño. Pero si viene el sacapuntas, significa que has sido útil para alguien: tal vez un niño al que le guste dibujar, algún joven diseñador de naves espaciales, un profesional creativo o algún abuelo que recuerde sus historias para sus nietos.

-Tú lo dices porque existes desde hace muchos años.

-La existencia puede ser eterna, tú tienes la oportunidad de dejar algo escrito que perdure por los tiempos, y tal vez en tu próxima vida puedas leerte y reencontrarte. Saber quién fuiste, de dónde vienes y a dónde vas.

-¿Y si viene la goma y borra todo lo escrito?

-Así es la vida de la goma, que a veces viene y te quita una parte: lo que está mal, lo que hay que corregir, lo que hay que modificar para mejorar. En fin, para crecer por dentro, aunque no puedas crecer eternamente en tu cuerpo de lápiz.

-¿Y si pierdo las semillas que llevo en mi base?

-¡Y si las cuidas! Son de zanahoria, son las que busca el conejo, y sirven para mejorar la visión, la renovación y la actualización constructiva.

-¿El conejo come zanahorias y además siembra sus semillas, o se las come? -preguntó asustado el lápiz, pensando que el conejo lo comería.

-¡Basta de miedos! -dijo contundente el árbol- ¡Disfruta tu existencia, aquí y ahora, es la hora de ser feliz!

-¿Y cómo puedo ser feliz a cada hora? ¿Puedo crear mis propios estados emocionales, que no dependan de una fecha especial?

-Primero, dándote cuenta de que estás vivo, de que tienes la gloria de la existencia, de que existes en el universo eterno, donde alguien te ha creado y tú puedes crear.

-Bien, aquí y ahora pude entender que no solo puedo estar feliz conmigo mismo cuando quiera, sino también que puedo estar feliz con la felicidad de otros seres. ¡Y qué lindo es comenzar el año con un buen saludo a todos los argentinos!

-Lo lindo sería que fuera a todas las naciones del mundo, cuando se pueda crear el mismo tiempo planetario.

En ese instante, Iz, el lápiz feliz, sintió esa felicidad en su ser. Despertó la conciencia de la creación de su propio estado vibratorio positivo en cualquier momento que se conectara con un pensamiento elevado, y así pudo lograr un estado de conciencia feliz. Feliz por ser, por estar vivo, ¡por tener la gloria de la existencia! Fue en ese instante que, al sentir que podía crear felicidad interna, pudo elevarse y volar a las redes superiores de su propia superconciencia.

El árbol sonrió y festejó el nuevo tiempo, las energías de lo nuevo, del comenzar un nuevo ciclo, una nueva etapa esperanzadora, un nuevo principio que se estaba realizando felizmente.

CAPÍTULO 2: AMOR

Iz explora el significado del amor, descubriendo que es una fuerza de unión y energía creadora que conecta a todos los seres con el universo, y que puede ser cultivado desde el corazón solar interno.

Iz seguía preguntándose qué otros pensamientos elevados le hacían ser feliz en la vida, y comenzó a recordar, es decir, a volver a pasar por el corazón, descubriendo que había muchos momentos y experiencias felices desde su nacimiento.

-¡Tengo pensamientos y sentimientos en mi corazón! -sintió una energía poderosa dentro suyo. Los llamaré «pensa-sentimientos». Esto lo impulsó en el espacio-tiempo de su conciencia hacia el camino de la playa.

Al aterrizar en las arenas, se vio transformado, renovado con una nueva palabra que llevaba grabada con amor.

-¿Amor a quién? ¡Si estoy solo en el desierto! ¿Dónde estoy ahora, será la nueva vida en el amor? ¿Qué es el amor? -se preguntaba mientras una planta le hablaba.

-El amor es una fuerza de unión, es el sentimiento más sublime que puede sentir el corazón.

-Eso dicen los románticos, los grandes poetas.

La planta le dijo:

-Mira arriba tuyo en el cielo, ¿qué ves?

-Veo el cielo azul con algunas nubes blancas y al sol. ¿Pero qué tiene que ver con el amor?

-Es de donde viene el gran amor, es cuando el sol me da vida día a día con su luz y su energía, es el oxígeno que necesito para vivir, y cuando llueve me brinda el agua bendita que tanto amo -respondió la planta, enamorada de la naturaleza.

-Comprendo lo que dices, pero yo soy un lápiz.

-¿Y de dónde vienes? -dijo la planta.

-Vengo de estar con el Árbol.

-Claro, eres parte de un árbol.

-¿Y tú cómo sabes tanto? ¡Mira que es el Árbol de la Existencia!

-Estoy conectada además por mis raíces a otras plantas, nos comunicamos por redes profundas. Y si piensas en tu origen, verás que todos salimos del sol.

-¿Del sol? - preguntó Iz, sorprendido.

-El sol es la suprema fuente de energía en el planeta. Siente el amor del sol que te brinda su energía. Eso es el amor, el brindar, el iluminar, el acompañarte. Y tú puedes también dar ese amor desde tu propio corazón solar interno.

En ese momento, Iz miró al sol y sintió una conexión especial con el astro rey. Recordó la enseñanza del árbol que decía que alguien lo había creado. Fue entonces que comenzó a reflexionar sobre su existencia, sobre cómo las energías del sol habían creado vida en la Tierra, y sobre cómo la planta también hablaba de esa energía. En ese momento, Iz, el lápiz feliz, recordó algo que había leído:

"Es bueno amar muchas cosas, porque ahí radica la fuerza, y el que ama mucho realiza mucho, y puede lograr mucho, y lo que se hace con amor está bien hecho". - Vincent Willen Van Gogh

Estas palabras resonaron profundamente en su corazón de grafito. Mientras pensaba en ellas, la planta continuó:

"Cuanto más entiendes, más amas; cuánto más amas, más entiendes. Son dos lados de una realidad. La mente del amor y del entendimiento son lo mismo". Thich Nhat Hanh

Iz sintió una energía vibrante dentro de él. Se dio cuenta de que el amor no solo era una fuerza de unión, sino también de entendimiento y realización. Este sentimiento lo hacía más consciente de su propósito y de su capacidad para amar y crear.

-¿Acaso hay una energía creadora?

-Así es afirmó la planta-. Es la energía positiva creadora, que fluye por todo el universo eterno, que se encuentra en todas las cosas, en todo. Es decir que somos parte del todo.

En ese momento, Iz sintió que el amor era de una alta calidad energética vibratoria, una unión entre partes. Y que podía crearlo desde lo más profundo de su corazón, y que así la energía positiva, además de conectarse con lo que quisiera, le haría un gran bien a su cuerpo, a su alma. Era una energía poderosa que atravesaría como una onda expansiva desde su interior al exterior, y que la energía del amor podía también transmitirse.

La planta extendió sus hojas y le dio un abrazo. Ambos sintieron amor por la vida, por la existencia, por el creador y su creación.

-¡Arriba los corazones!, ¡que valga la energía positiva!, ¡viva la vida, viva el amor! - le dijo Iz a su nueva amiga, la planta.

Iz despertó la conciencia de que el amor a la vida lo hacía cada instante más feliz y que podía disfrutar su existencia conectado en un amor al eterno.

CAPÍTULO 3: APRENDER

Iz expresa su deseo de seguir aprendiendo y, con la guía de la planta, descubre que el aprendizaje es un propósito esencial de la existencia, impulsado por el querer y el amor al conocimiento.

-Tú y el Árbol de la Existencia me han enseñado valiosas cosas y quiero aprender más, seguir incorporando conocimientos que me enriquezcan la conciencia -le dijo Iz a su nueva amiga, la planta.

-Claro que sí, será una gran alegría y un gran bien para los dos, porque al enseñarte también podemos aprender con la naturaleza. Es un proceso donde ambos podemos ir creciendo juntos -contestó la planta. Lo primero es aprender a aprender. Y el aprender es uno de los principales propósitos de la existencia. Veo que te gusta hacer muchas preguntas, eso es muy bueno porque son como llaves para acceder a lo que quieras saber. Son formadoras de pensamientos. Te pueden servir las partículas interrogativas, para que puedas observar con claridad: qué quieres aprender, por qué, cómo, de dónde y cuándo, con quién y cuánto aprendes, y el para qué quieres incorporar conocimientos mediante la experiencia de los mismos.

-¡¿El qué, el dónde, el quién, el cómo, el cuándo, el cuánto, el porqué, y el para qué?! -exclamó Iz, fascinado con las partículas interrogativas.

-Siempre vamos a aprender algo nuevo en la vida, de nosotros mismos, de los demás, de donde queramos saber y aprender, y así poder crecer y evolucionar. También nos conecta con la humildad, la comprensión, la tolerancia y el respeto, porque todos estamos en continuo aprendizaje. Ser un eterno aprendiz, ya que en la red mental nadie tiene todo y todos tenemos algo de la red, es decir, todos somos parte de ella.

-Y tú que estás conectada a las redes, ¿hay algún método para aprender mejor? - preguntó el lápiz.

-Existen muchos, depende de ti aprender a aprender siempre de todos, ir creciendo en ello. Se basan en la observación consciente, el estudio, la investigación, la experimentación, la comunicación, la retroalimentación, etc. "No enseñes a un niño a aprender por la fuerza o dureza, dirige su aprendizaje divirtiendo la mente para que sea capaz de descubrir el genio que hay en él" dijo Platón. Cuanto más lo practiques, más irás descubriendo, capacitándote y especializándote en lo que quieras, en lo que ames.

-¿Entonces el amor también está relacionado con el aprender? -siguió preguntando Iz.

-Y si amas algo, querrás saber más. Es amar el conocimiento, es sentir el conocimiento. Recuerda que es una fuerza de unión, está conectado a la sensibilidad, a la receptividad, a la percepción, a la intuición, a algo nuevo que viene a la conciencia -respondió la planta, iluminada de sabiduría.

-Es que ahora no se me ocurre qué es lo que quiero.

-El querer es una fuerza de atracción donde los conocimientos se juntan, se unen y se prenden. Y ahí en ese prender, es como encender una luz, es cuando comienza el entrelazamiento, la sinapsis, la unificación, la interconexión dentro de tu conciencia. Por eso es esencial que comiences a conocerte a ti mismo, saber qué hay dentro tuyo, cuáles son tus principales conocimientos que debes mantener vivos e ir cultivándolos para crecer. Y para incorporar un nuevo conocimiento, debes sembrarlo dentro tuyo, y regarlo día a día, es decir, darle la luz interior desde tu conciencia misma.

Iz meditó sobre lo que sabía de sí mismo. Sabía que podía escribir, dibujar con su punta y sembrar con sus semillas, eran sus funciones esenciales, también recordó que podía crear y sentir amor. Fue en lo profundo de su corazón que encontró la respuesta de qué era lo que quería.

-¡Me encanta crear, escribir, dibujar, sembrar y cultivar! -dijo Iz, entusiasmado, despertando la conciencia de que para aprender hay que querer crecer, y para crecer hay que aprender a querer. Querer, aprender y crecer para ser y hacer.

La planta se sintió feliz, ella también se había animado a enseñarle al lápiz. Podía serle útil aplicando sus conocimientos, parte esencial y nutriente de su alma. Aprendió que se puede crecer ayudando a crecer. Recordó la enseñanza de sus raíces:

"Es necesario aprender a vivir logosóficamente... pensamiento, sentimiento y conocimiento en plena unidad de principios, favorecerán de un modo extraordinario el impulso evolutivo de la inteligencia, que no puede alumbrarse si cualquiera de estos tres grandes elementos se halla perturbado." - Carlos Bernardo González Pecotche

CAPÍTULO 4: CREAR

Inspirado por Leonardo da Vinci, Iz aprende sobre la importancia de crear y comienza a construir su propia "matriz interna" a través de la escritura de sus cinco primeros principios, sembrando las bases de su conciencia.

-Aprende a ver, date cuenta de que todo se conecta con todo lo demás -dijo la planta.

-¡Es una frase de Leonardo da Vinci que habla de la interconexión de todas las cosas! -exclamó Iz, lleno de admiración por su ejemplo excepcional de un creador multifacético y visionario.

-Así es, su curiosidad insaciable y su capacidad para ver conexiones entre diferentes disciplinas lo convirtieron en una de las mentes más brillantes de la historia. Fue artista, inventor, científico, ingeniero, filósofo, escritor... fue un gran creador.

-Entonces puedo aprender de él como ejemplo, como inspiración, para crear.

-Claro, y además ya vimos cómo el sentirse parte de la creación, en lo maravilloso de la vida que se ha creado por infinitos lugares y tiempos, nos conecta al creador. Y ser creador es estar creando con las energías creadoras que fluyen por el universo eterno. Es crear vida. Y también puedo enseñarte a crearte por dentro, a que puedas crear tu propia obra interior, tu mundo interior, tu vida interior. Tu propia matriz interna.

-¿Qué es la matriz interna?

-Es donde puedes crear tus propios pensamientos, sentimientos, emociones... es una nueva autoprogramación del alma que se basa en tus propios pensa-sentimientos «madres». La matriz interna es la estructura dinámica de la red interna del ser, similar al del Árbol de la Vida, totalmente interconectado, donde el tronco principal es la unificación de los pensa-sentimientos madres creados por uno mismo, y valorizados y priorizados como principios. Es el tronco creciente, evolutivo, creativo y creador. ¡Tú puedes crear tus propias oportunidades!

-¿Tú estuviste comunicándote con el Árbol de la Existencia? -preguntó curioso Iz.

-Los conocimientos se abren cuando se pueden entender, y para entenderlos hacen falta otros conocimientos. Comenzar por los principios. ¿Qué valores internos tienes con los cuales puedas comenzar a construir? -repreguntó la planta.

Iz, el lápiz feliz, pensó en todo lo que había aprendido, y sintió que era el momento de comenzar a crear.

-¿Me regalas una hoja para comenzar a escribir? La planta sonrió y le dio una hoja muy grande para que pudiera comenzar a escribir:

PRINCIPIOS DE IZ

* PRINCIPIO 1: DESPERTAR CONCIENCIA DE LA PROPIA EXISTENCIA DE TODO EL SER. Iz descubrió la importancia de ser consciente de su existencia y de la felicidad que podía encontrar en los momentos simples y en la conexión con los demás. Ser consciente de la propia existencia fue el primer paso hacia el despertar.

* PRINCIPIO 2: SER CONSCIENTE DE QUE SOMOS PARTE DEL TODO, QUE COEXISTIMOS CON ÉL Y PARA ÉL. SIENDO QUE EL TODO ES DIOS, ES EL CREADOR, EL UNIVERSO, EL ETERNO... Iz comprendió que su existencia no era aislada; era parte de un vasto y complejo entramado de vida. Todo en el universo estaba interconectado, y su existencia tenía un impacto en el todo. Ser consciente de esta interconexión le permitiría vivir con más humildad y respeto hacia la naturaleza y hacia los demás seres.

* PRINCIPIO 3: AMAR TODO LO EXISTENTE CON EL SENTIΙΜΙΕΝΤΟ DEL CORAZÓN Y TODA EL ALMA DEL SER. ES UNIRSE A LA FUERZA DEL AMOR CON EL TODO. Iz entendió que el amor era una fuerza de unión que lo unificaba y conectaba su corazón con el universo, creando un vínculo profundo.

* PRINCIPIO 4: APRENDER DE TODOS. SER UN ETERNO APRENDIZ. Iz entendió que el aprendizaje era un proceso continuo que no se detenía. Cada ser, cada experiencia, cada situación tenía algo que enseñarle. Mantener una actitud abierta y receptiva le permitiría crecer constantemente y adaptarse a los cambios. Ser un eterno aprendiz lo conectaba con la humildad y el deseo de mejorar continuamente. Le recordó que el conocimiento y la sabiduría se encontraban en todas partes, y que debía estar dispuesto a aprender de todo y de todos.

* PRINCIPIO 5: CREAR LA PROPIA MATRIZ INTERNA. Iz descubrió que crear era una manifestación de su esencia más profunda. Podía construir su propio mundo interno a través de sus pensamientos, sentimientos y acciones. Este principio lo invitaba a ser arquitecto de su vida, a diseñar su destino. Iz despertó la conciencia de que crear lo hacía más feliz; otro de los propósitos de la existencia había comenzado a germinar en su interior.

La planta pudo sentir los principios como raíces, abriéndose a la red.

CAPÍTULO 5: SEMBRAR

Iz y Planti siembran los cinco principios escritos, descubriendo que sembrar no es solo un acto físico, sino también una acción de bien que nutre la conciencia y da origen a una nueva vida: Fruturo.

Iz estaba tan feliz y agradecido con todo lo que le había enseñado la planta, que decidió regalarle, en forma de gratitud y correspondencia, la creación de sus primeros 5 principios.

-Me gustaría dedicártelos, ¿te puedo llamar Planti?

-¡Sí! Me encanta tu regalo y tu nombre, aunque algunos me llaman... prométeme que no vas a reírte -le dijo a Iz.

El lápiz asintió con la cabeza.

-Me llaman Pasto Dibujante -dijo medio sonrojada.

En ese instante ambos se vieron y no pudieron contener la risa.

-¡Ja, ja, ja! Pasto Dibujante-dijeron al unísono.

-Espera, ¿quiere decir que puedes dibujar?

Planti movió sus hojas y dibujó con sus puntas un círculo en la arena.

-Aquí y ahora podremos plantar esta hoja con tus 5 primeros principios. Eso sí, debes ayudarme a hacer un hoyo en la arena hasta que esté húmeda.

Iz comenzó a sacar arena de la profundidad y luego Planti puso la hoja de los principios en el hoyo, cubriéndola con cuidado con la arena extraída.

-Hoy es ideal porque estamos en luna creciente, que favorece al crecimiento con la energía de la luz animando a las plantas a empezar a brotar y a profundizar sus sistemas radiculares.

-¡Es similar al proceso de sembrar y fascinante cómo de la hoja nacen nuevas raíces! -dijo Iz.

-Claro, uno puede sembrar una semilla, una hoja de una planta, una idea, un pensamiento, un sentimiento, un conocimiento, una acción de bien -respondió Planti.

-¿Sembrar una acción de bien?

-Una semilla de acción de bien sería, por ejemplo, compartir algo que uno tiene sabiendo que el otro no lo tiene y lo necesita porque no tiene los conocimientos en la conciencia para realizarlo. Esa generosidad es una virtud que se transmite en la energía de la acción del bien. Al circular como toda energía positiva en movimiento, llega del emisor al receptor. Este último, si llega a poder percibirla, sentirla, observarla, valorarla, sabrá que existe, sentirá sus beneficios y, si es inteligente, podrá hacer un buen uso de esa semilla de bien, sembrándola en su interior y reproduciéndola para sí mismo y otros seres, es decir, para el todo.

-¿Y dónde se siembra? -preguntó Iz.

-Siempre hay que sembrar las energías del bien en la conciencia.

-¿Por qué en la conciencia?

-Porque es el lugar, es el centro del ser, es el lugar interno más sagrado.

-¿Pero no es el corazón el lugar más sagrado del ser?

-Cuando te has sentido feliz, ¿en qué parte lo sentiste?

-En el corazón.

-¿Y fuiste consciente de ello?

-Sí, muy consciente.

-¿Fue un estado único y elevado?

Iz hizo una pausa. Planti le estaba queriendo decir algo, pero trataba de que fuera él mismo quien lo descubriera usando su inteligencia. Iz comprendió que debía esforzarse por encontrar la verdad, y prosiguió:

-Para sembrar hay que saber qué sembrar, identificar y seleccionar esa semilla de bien, y dónde hacerlo, y es en un cálido ambiente interno con ricos nutrientes. Eso lo entiendo, es parte del proceso de aprender a sembrar, pero ¿y si luego no crece lo que siembro?

-El ciclo de la vida comienza con el poder sembrar, y luego viene el poder cultivar, y para eso hay que aprender a organizar el tiempo.

-¿El tiempo se puede organizar?

-El concepto del tiempo es algo que deberías profundizar con el Árbol de la Existencia. Yo tan solo puedo brindarte apenas lo que sé del mismo. La semilla, después de abrirse, su energía positiva creadora baja en forma de redes por sus raíces en las profundidades donde se podría conectar con otras redes de otras raíces, que a su vez tienen mayor contacto con las energías del gran sol interno de la Tierra, su núcleo, su manto, para luego formarse el tronco y poder subir, elevarse, salir al sistema aéreo, respirar oxígeno y otros elementos hasta el contacto con la suprema fuente energética del sol y todo el sistema estelar del universo eterno. Y ahí, en ese crecimiento espiralado ascendente, se llega a la copa, a la floración, a los frutos, y es donde se produce el milagro del ciclo del Árbol de la Vida, reproduciendo infinitas semillas a lo largo de sus 4 estaciones en sus ciclos lunares.

-¡Gracias a la vida! -dijo repentinamente el esqueje de la hoja de los principios recién sembrado.

Iz y Planti despertaron la conciencia de que juntos habían creado una nueva vida.

CAPÍTULO 6: CULTIVAR

Fruturo, la nueva vida creada, comienza a ser cultivado por Iz y Planti, quienes le enseñan que cultivar es una acción constante de amor y dedicación para crecer juntos, añadiendo un sexto principio a su conciencia.

-¡Bienvenido a la vida! - le dijo Planti al esqueje de la hoja de los principios, que relucía un verde radiante.

-Hola, soy Fruturo. Gracias a ustedes que me brindaron su energía creadora. Tú, Iz, me has dado tus principios con tu tinta, con tu esencia; y tú, Planti, tu hoja, tu naturaleza.

Fruturo había incorporado velozmente los 5 principios y creado pensa-sentimientos en su propia matriz interna.

-Así es como se programó y codificó desde el instante que las tres energías se unificaron-dijo Planti.

-¿Cuál es la tercera energía? - preguntó Iz, pensando que la suya y la de Planti eran las dos primeras.

-La energía espiritual creadora, la energía del eterno, la que ha brindado una nueva conciencia desde su suprema fuente de energías - aclaró Planti, abrazando con una de sus hojas el hombro de Fruturo.

-Tengo sed -dijo el pequeñín.

-¡Es hora de comenzar a cultivar a Fruturo! -dijo Planti, buscando un poco de agua entre sus raíces para acercársela debajo de la arena. Bebe y tómame de mis manos que voy a unirte a la red interna.

-Gracias, Planti-dijo Fruturo, lleno de vigor.

Iz, en ese instante, sintió la virtud de la generosidad de Planti mostrándole con el ejemplo la acción de bien. Pero el lápiz también quería colaborar con la nueva vida de Fruturo, y pensó en qué otra forma podía ayudarle a cultivar. Observó que cultivar es como una reconexión con uno mismo y con lo que uno quiere, donde uno vuelve a recordarlo en el corazón, vuelve a pasar por la conciencia el querer que algo crezca, que se debe regar con buenos nutrientes, es brindarle luz, es poder movilizarle energías en el tiempo. Es estar conectado con el otro. Es poder darle amor día a día, es unirse para crecer juntos. Pero Iz no lograba encontrar todavía algo útil y efectivo para darle a Fruturo. Se dio cuenta de que debía revisar, volver a leer en su conciencia, lo escrito, lo valioso. Y Eureka, dijo en su interior. Cultivar también es revisar, releerse, reconectarse, y había encontrado la palabra "CREAR". Él podía crear un cultivo inteligente, organizado en el tiempo, que sea constructivo en conocimientos y virtudes, que sea edificante para su nuevo amigo Fruturo. El sembrar era una acción de bien inicial, y el cultivar era otra acción de bien en la constante del tiempo.

Entonces, así como había sembrado sus principios, podía cultivarlos día a día para que se mantengan vivos en el tiempo, y además seguir creando nuevos pensa-senti-conocimientos que ayuden al crecimiento y a la evolución de la conciencia y su matriz interna.

-Voy a regalarte un nuevo principio -e Iz volvió a crear en Fruturo-:

* PRINCIPIO 6: SEMBRAR Y CULTIVAR LAS CONCIENCIAS CON AMOR.

-¡Estoy feliz de que estamos vivos! Amo ser parte de ustedes, del todo, y amo poder tener una conciencia propia, una existencia propia -respondió el feliz Fruturo.

-Los principios son como raíces que hay que regar día a día, son las bases sólidas que irán edificando la propia matriz, y cada uno es libre de irla construyendo con sus propias bases, valores internos, diseño y arquitectura, porque es la obra de la propia conciencia, en donde la responsabilidad será de cada uno qué es lo que se construya para uno y para todos -dijo Planti.

-¡Yo también puedo crear, sembrar y cultivar! -dijo Fruturo, quien al leerse despertaba cada vez más su conciencia.

-La lectura de los escritos creados por uno mismo es de una alta calidad energética en nutrientes, el cultivarlos es una retroalimentación del alma en la unión de los tiempos -dijo Iz.

-Pero yo no los escribí - dijo Fruturo, confundido porque ya los sentía como propios.

-Es cierto, tanto como que todos tenemos unas cosas de otros, por eso somos una red lumínica en el tiempo. Hasta hace un tiempo, tú eras parte mía, ahora eres tú, pero con una parte mía y de Iz -dijo Planti.

-¡Somos como espejos en el tiempo, viajando al infinito y más allá! -exclamó Iz.

El pequeño Fruturo sintió lo que significaba ser parte del todo en el tiempo eterno. Los tres comenzaron a comunicarse y a partir de ahí a despertar conciencia colectiva de que nacemos con unos genes que nos muestran cómo somos principalmente por fuera, pero que estará en cada uno la libertad de poderse cultivar con los nutrientes que elija para reconstruirse por dentro como cada uno quiera ser. El cultivo eterno interno da felicidad.

CAPÍTULO 7: LIBERTAD

Iz, Planti y Fruturo exploran el concepto de libertad, descubriendo que la verdadera libertad de conciencia se construye a través del conocimiento, el pensamiento constructivo y la expansión de la energía interna.

-¡Oíd mortales el grito sagrado: ¡Libertad, libertad, libertad! -dijo Iz, el lápiz feliz.

-Lindo comienzo -agregó Planti.

-¿Por qué estabas pensando en la libertad? -preguntó Fruturo.

-Me vino a la mente, justo cuando pasaron tres gaviotas por el cielo, y me conecté con el libro de Juan Salvador Gaviota, en búsqueda de la libertad. Y la palabra libertad me conectó con el comienzo del himno argentino. Todo se va interconectando. Y ahora que lo veo, la libertad se repite tres veces para que quede bien grabada en altas frecuencias mentales a través de la gloria de los tiempos eternos.

-¡Y "grito sagrado"! Es una elevación en la energía del sonido y una elevación en la calidad vibratoria de lo que significa la palabra sagrado, y los pensamientos elevados y condensados en el corazón producen sentimientos -dijo Fruturo, ya más crecido en sus cultivos y conexiones en redes.

-A veces cantamos alguna canción que nos ha llegado al corazón y la repetimos. Otras veces es una señal que recibe la mente, de algo que quiere repetir para tomar conciencia, y no sabemos por qué cantamos aquella canción que se nos pega en la mente. Son los pensamientos que viajan dentro nuestro y que por alguna causa se conectan a la conciencia. Los pensamientos son autónomos, son entidades con vida propia, son células mentales que algunas nacen dentro nuestro y otras son ajenas que nos vamos transmitiendo en el tiempo -comentó Planti, conectada a las sabidurías logosóficas. Y es muy importante el saber de la existencia de cada uno de los pensamientos que residen, porque pueden dominar nuestro mundo interior. La libertad de pensar estará dada por la influencia de los mismos. Hay que saberlos seleccionar en positivos y negativos, además de propios y ajenos, y que sean útiles de bien constructivo.

-¿Y cuándo un pensamiento es propio? -preguntó Iz.

-Cuando se crea por uno mismo. El creador nos ha dado la libertad de crearnos, y es a través de los pensamientos que podemos comenzar a crear nuestra propia matriz interna, en una verdadera libertad de pensar constructivamente. Y es a través de los conocimientos que se puede ser más libre. Cuantos más conocimientos, mayores grados de libertad.

-¿Grados de libertad? -preguntó Iz.

-En ciencias como la física y la química, ciertos términos se usan para describir cómo la energía puede moverse y cambiar. De manera similar, la conciencia puede expandirse cuando adquirimos más conocimientos y energía. Esto permite un mayor movimiento y libertad en nuestros pensamientos, emociones y acciones. Así como en física, más grados de libertad permiten movimientos más complejos. Cuántas más conexiones y conocimientos tengamos, mayor será nuestra capacidad de pensar, sentir y actuar libremente.

Iz entendió que la capacidad de la conciencia para aprender y organizar conocimientos en relación con el tiempo es fundamental para su evolución y expansión. Que compartimos y transmitimos pensamientos, sentimientos, emociones y conocimientos que nos ayudan a expandir nuestra libertad. A medida que se experimentan más pensa-senti-conocimientos, vemos conexiones antes no vistas. Con una base más amplia, aprendemos y absorbemos nueva información de manera más eficiente. La adquisición de nuevos conocimientos se vuelve más rápida y dinámica.

-¿Qué pensa-senti-conocimientos son esenciales para la evolución de cada uno? -preguntó Iz.

-En la libertad de cada uno de elegirlos, conocerlos, pensarlos y crearlos desde el pensamiento constructivo, en un aprendizaje dinámico y continuo en el que cada uno construye su propio conocimiento con experiencias previas. Conociendo qué hay en nuestro interior, observamos la vida interna de los mismos. Crear y sembrar los positivos, que sean propios, valiosos, jerarquizados en la propia conciencia. La conciencia comienza a movilizar la energía interna de manera más organizada, logrando grados crecientes de libertad interna. Es la libertad, la expansión de la energía interna positiva y creativa.

Iz, Planti y Fruturo se dieron cuenta de que compartir su propia libertad de conciencia ayudaba a enriquecer el conocimiento, colaborando en el crecimiento personal y colectivo. Juntos escribieron:

* PRINCIPIO 7: CONSTRUIR LA LIBERTAD DE CONCIENCIA CON PENSA-SENTI-CONOCIMIENTOS PARA SU EXPANSIÓN, CRECIMIENTO Y EVOLUCIÓN.

En ese momento, Planti recordó una anécdota de su vida.

¿sabes? Una vez, cuando aún era una pequeña planta, sentí la verdadera libertad por primera vez. Estaba creciendo en una maceta, limitada por el espacio y los nutrientes. Un día, me trasplantaron a esas arenas amplias y soleadas, donde mis raíces pudieron extenderse libremente. Sentí una energía y una vitalidad que nunca había conocido, y eso me enseñó que la libertad nos permite alcanzar nuestro máximo potencial. Sentir la libertad de conciencia da felicidad.

CAPÍTULO 8: CONFIANZA

Iz reflexiona sobre cómo la construcción de una conciencia positiva le ha dado confianza para superar miedos y transformar lo negativo, aprendiendo que la confianza en la vida y en uno mismo es una llave para el poder interior.

Iz sintió cierto grado de libertad de conciencia que se estaba movilizando. De a poco, había comenzado un camino de transformación, desarrollo y crecimiento personal y colectivo junto a Planti y Fruturo. Pero, en la revisión de sus pensamientos, recordó y reconoció ciertos miedos, errores y hasta deficiencias junto a otros pensamientos negativos. Sin embargo, todo el proceso de aprendizaje que venía realizando le confirmaba que la construcción de su conciencia con pensa-senti-conocimientos positivos lo hacía más fuerte internamente, con purezas energéticas interconectadas, y que en el conjunto de todo lo que venía ganando internamente actuaba como una fuerza mental y sensible positiva que ahora contrarrestaba ampliamente lo negativo. La balanza interior no solo era más positiva, sino que también accionaba reduciendo y transformando lo negativo en positivo. Eso le generaba una confianza interior, siendo estas pequeñas convicciones puntos de apoyo que lo impulsaban a seguir adelante y hacia arriba, fortaleciendo las nuevas estructuras crecientes de la matriz interna en cultivos inteligentes y dinámicos, para ir conquistando nuevos niveles y grados de maduración en todos sus planos dimensionales: energéticos, físicos, mentales, emocionales, sensibles y espirituales, en la continua construcción consciente interna y externa.

En ese instante, Fruturo escribió en la arena "confianza". Iz, sorprendido con la coincidencia, dijo:

-¡Es justo lo que estaba pensando!

-Y sintiendo -dijo Planti-. Tu alma puede transmitir y percibir ese gran sentimiento. La confianza es otra de las llaves que abre el corazón en uno mismo y en los demás, pero especialmente en la vida. La confianza en la vida barre todo temor, eleva las energías e impulsa al espíritu a otros estados superiores de conciencia. Está conectada a la esperanza, a la fe, a la amistad y al amor. Es otra fuerza de unión que genera movimiento, crecimiento y brinda impulsos para avanzar en las convicciones. Colabora con la valentía para enfrentar lo desconocido -respondió Planti-. Cuando me trasplantaron aquí, pasaron muchos días de vientos fuertes, en que no llovía, y sentí miedo a lo desconocido, a la muerte. Y gracias a la confianza, pude enfrentarlos.

-¿Y cómo pudiste sentir confianza en ese momento tan crítico? -preguntó Iz.

-¿Recuerdas que el proceso de cambio y transformación requiere muchos grados de libertad que se deben sentir y experimentar? Bueno, liberarse de los miedos es una forma de poner la mente en blanco, y es la conciencia la que puede crear nuevos pensamientos y sentimientos que sean útiles y constructivos en cualquier momento que los necesitemos. Es contemplar la naturaleza, son los principios, es sentirse parte de la creación, es el amor a la vida, es la confianza en la vida -exclamó Planti.

-Ahora entiendo mejor lo que me dijo el Árbol de la Existencia. Debía liberarme de los miedos para disfrutar la existencia, y eso me dio confianza y pude avanzar. Eso me ayudó a cambiar un pensamiento negativo por un sentimiento positivo superior.

-Bien, eso es la base de la alquimia interior. Es parte de la transformación de los estados de conciencia. Pero, para poder cambiar aún más profundamente, hay que comenzar a observar qué se quiere cambiar, y luego eso requiere el poder conocer otras funciones de la mente hasta llegar a la cumbre de las facultades mentales: la de poder razonar. Y eso requiere aprender más conocimientos -explicó Planti.

Iz reflexionó sobre la importancia de la confianza que estaba comenzando a percibir en sí mismo, y que también podía sentir en la vida. Se dio cuenta de que esa confianza también la estaba sintiendo hacia sus nuevos amigos. Ellos lo estaban ayudando a amar, a aprender, a crear, a sembrar, a cultivar, a liberarse, a confiar... Sintió una gran gratitud, y que la confianza se estaba expandiendo. En ese momento, Fruturo comentó:

-Y para no dejar la historia de lo que pasó aquí en la playa, quiero decir que, en un momento, no estábamos solos, se largó a llover, y ahí fue que fortalecimos la confianza en la vida. La confianza en la conciencia es la confianza en la vida, en la propia existencia.

Juntos escribieron:

* PRINCIPIO 8: CONFIAR EN LA CONCIENCIA ES UNA LLAVE DE PODER INFINITO PARA LA EXISTENCIA.

La confianza da felicidad.

CAPÍTULO 9: POSITIVO

Iz aprende que lo positivo es un alimento esencial para el crecimiento, descubriendo que al cultivar pensamientos, sentimientos y conocimientos positivos, puede generar una fuerza poderosa para transformar su realidad y conectar con su superconciencia.

Iz había aprendido que lo positivo era esencial en su vida, un alimento diario para su crecimiento y desarrollo. Entendía que la confianza que había ganado en su conciencia era producto de la construcción con pensa-senti-conocimientos positivos. Estos conocimientos no solo eran constructivos, sino que también le servían para contrarrestar y transformar lo negativo en positivo.

Fruturo comenzó a realizar un pozo en la arena y, con la misma que sacaba, fue construyendo en paralelo una montaña.

-Considera positivo a la montaña, Iz -dijo Fruturo. A veces hay que sacar de lo negativo para construir lo positivo. Los desafíos pueden convertirse en oportunidades de crecimiento. Lo positivo en la energía es una capacidad electromagnética de transformación y evolución continua. La conciencia es una fuente de energías que requiere energías, pensamientos, sentimientos y conocimientos positivos como alimentos biopsicoespirituales. Estas energías actúan como fuerzas positivas que, si somos conscientes de ellas, sirven como poder positivo.

-La alimentación de fuentes positivas nos beneficia ampliamente -aportó Planti-. Los pensamientos positivos fomentan una mentalidad de crecimiento y resiliencia. Nos ayudan a ver el lado bueno de las situaciones y a mantenernos enfocados en nuestros objetivos. Los sentimientos positivos, como la gratitud, el amor y la alegría, enriquecen nuestra vida diaria y fortalecen nuestras relaciones con los demás. Y los conocimientos positivos nos ayudan a aprender y adquirir herramientas para afrontar desafíos con confianza y sabiduría. Cuando pensamientos, sentimientos y conocimientos positivos actúan en conjunto, generan una fuerza positiva poderosa que puede transformar nuestra vida y nuestro entorno.

-¡Entonces, es esencial ser consciente de estas energías y fuerzas! -dijo Iz.

-Exacto, Iz -dijo Fruturo. Alimentarnos y cultivarnos diaria y conscientemente con ellas nos otorga un poder positivo que nos permite influir en nuestra realidad de manera constructiva, equilibrada y armoniosa. Siempre hay que pensar y sentir en positivo. La constante atención en las energías y fuerzas positivas es esencial para accionar el poder positivo.

-La limpieza y el orden mental son fundamentales en el trabajo diario interno - enseñó Planti-. A veces requiere realizarlo varias veces al día si es necesario. Es la matriz interna activada, para disminuir ampliamente los pensamientos negativos. Y siempre hay que mantener una reserva de buena calidad de energía positiva y transformadora. Y si no se los tiene, jentonces crearlos! Es la conducción de esa energía positiva por todas las áreas internas. Equilibrios continuados, ya que van a haber puntos o planos más avanzados y fortificados, estos pueden colaborar con los otros más necesitados o débiles. Son los positivos los que darán fuerzas a que todos los puntos dentro de la conciencia vayan evolucionando, la unidad interna haciendo fuerza por todos. La motivación, la esperanza, la confianza y el contacto energético con la naturaleza son claves para crear lo positivo. Es el seguimiento para la continuidad de la construcción interna y externa. Es el avance para arriba y adelante en todos los planos dimensionales.

-Comenzar a identificar dónde está lo positivo y lo negativo es fundamental. Lo positivo es la cualidad de la energía que debes buscar o crear para alimentarte, ver sus fuentes, y es la calidad energética que tendrás como fuerza y poder positivo para cumplir tus objetivos - enseñó Fruturo.

* PRINCIPIO 9: ALIMENTARSE POSITIVO, PENSAR POSITIVO, SENTIR POSITIVO, CREAR POSITIVO, SER POSITIVO, ACCIONAR POSITIVO, BRINDA RESULTADOS POSITIVOS.

Lo positivo da felicidad.

-¡Fruturo, estás evolucionando muy rápido! -dijo Iz, lleno de felicidad por su amigo. Y además he observado que tú estás comenzando a recordar tu otra vida cuando eras parte de Planti. A mí también me gustaría comenzar a recordar con esa exactitud algunos momentos de mis vidas. Porque sabiendo de dónde vengo, será un gran conocimiento para saber mejor a dónde voy, y así poder crear con mayor claridad mis objetivos.

-Tú ya recuerdas que venías del árbol, pero ahora si quieres volver a hablar con él, puedes usar la llave de poder infinito -dijo Planti.

-Tengo la llave, pero no veo ninguna puerta para acceder, solo veo el paisaje de la playa -dijo Iz.

-Es que es una llave interna, y se abren para adentro de cada uno. ¿Recuerdas la llave del amor? -preguntó Planti.

Iz comenzó a recordar el sentimiento del amor en su corazón, y sintió la fuerza de unión que lo conectaba y unía al árbol. Luego recordó todo lo aprendido sobre la confianza en la conciencia, que era una llave de poder infinito para la existencia. Se fue acercando aún más al recuerdo nítido en su conciencia del Árbol de la Existencia, su origen, de dónde él venía. Sintió amor y confianza al mismo, y se dijo felizmente: ¡Yo puedo!, aplicando el poder positivo. Así fue que una alta vibración de una fuerza positiva lo elevaba nuevamente a las redes superiores de su propia superconciencia, transportándolo nuevamente junto al Árbol de la Existencia.

CAPÍTULO 10: CORAZÓN

Iz viaja al interior de su corazón y se reencuentra con el Árbol de la Existencia, quien le revela la naturaleza del "corazón solar" como el núcleo de la superconciencia y la fuente de la energía positiva creadora.

-Despierta, abre los ojos -le decía la voz de Planti en la que ya confiaba.

Iz despertó y abrió los ojos a una nueva dimensión dentro de su corazón. Pero no vio a Planti, sino al Árbol de la Existencia.

-Hola Iz, bienvenido nuevamente -dijo el Árbol de la Existencia-. ¿Qué tal el viaje en la playa?

-Muy bien, una feliz experiencia donde conocí a Planti y luego vino Fruturo.

-¿Vino o lo crearon a Fruturo? -repreguntó el árbol.

-Bueno, en parte sí cuando escribí en él los principios, pero él ya existía como hoja en una parte de Planti -respondió Iz.

-Y a Planti, en parte también la creaste afirmó el árbol.

-No -expresó Iz-. Ella ya estaba ahí cuando llegué a la playa. ¿Has visto a Planti por aquí? Recién antes de abrir los ojos escuché su voz.

-En otra vida que todavía no recuerdas, fueron tus propias semillas que llevabas en tu base las que la crearon en aquel balcón. Ella es la voz de tu conciencia, que has empezado a escuchar -dijo el árbol.

Iz, sorprendido con la revelación, comenzó a recordar todas las enseñanzas que le había brindado Planti. Una de ellas le había enseñado que la conciencia era el lugar más sagrado donde se sembraban los grandes conocimientos, y que él lo había conectado con los sentimientos más elevados en su corazón. Se sentía cada vez más cerca de la verdad. Y al fin preguntó al árbol:

-¿Cómo se conecta el corazón a la conciencia?

-El corazón de todos los seres son las primeras células que se originan cuando comienza una nueva vida desde la semilla solar. Por eso están en el núcleo, en el centro, con su ADN, su información y memoria celular que se va a expandir evolutivamente y que se transmite de generación en generación. Y, como todo órgano físico, tiene su campo energético que también tiene su origen. Es el núcleo y centro positivo del ser que atrae y emite la energía positiva creadora con sus movimientos internos y externos, sus circuitos y sus equilibrios dinámicos. La energía del origen siempre se expande hacia el infinito en el tiempo eterno, y en los seres, el corazón solar es la expansión y la manifestación de la semilla solar que se fue abriendo y conectando con la energía positiva creadora. El corazón solar interno es la fuente de energías principales del ser, es donde radica la superconciencia, el núcleo de la conciencia. Es el corazón solar donde se establece además el sistema sensible, por eso puedes entrar y elevarte a estados superiores de conciencia a través de energías elevadas en tus pensa-senti-conocimientos, principalmente, donde estás creando la matriz interna. Eso te elevará a otras frecuencias más elevadas. Siente la sabia de la médula cómo sube a la copa, se ramifica, florece y crea nuevos frutos de conocimientos. Y para ello hay que conectarnos y sentir en nuestros corazones solares internos a todas las fuentes superiores de conciencia. Por eso es por lo que los árboles crecemos hacia arriba con un tronco, pero eso conlleva fuerzas conscientes y el deseo de elevarnos hacia la luz solar. Y, una vez que lo logramos, nos vinculamos desde nuestros corazones solares con el sol desde el amor, el respeto, la gratitud, la visión, la escucha, la percepción, la intuición, el sentir del sistema sensible, el tener receptores más eficaces, más rápidos y potentes, y también poder comunicarnos en una ampliación de redes mentales, sensibles y espirituales. Es conquistar nuevos estados conscientes con la creación, es un volver al origen, a nuestros principios, y también al presente, aquí y ahora, el sentir corazón, y a futuro también a crear futuro. Es la imagen interna viva y en movimiento del corazón solar, la energía positiva creadora que entra y sale, se expande, así como son los circuitos del corazón, donde entra oxígeno y sangre en continua circulación. Y para acceder a un nivel superior hay que adentrarse al núcleo, al origen, y para ello hay que planificar una estrategia en la matriz interna en la creación de nuevos pensa-senti-conocimientos más nobles del ser. Y para ello hay que evolucionar la conciencia. Las mejores virtudes del corazón son sus nobles sentimientos que se sienten especialmente en los seres queridos de corazón a corazón, donde hay una vinculación existencial. Es sentirlo latir en la plenitud de la sublime y divina conexión, en lo profundo del sentimiento, es sentir la paz interior en todo el equilibrio y armonía del ser. Es sentir el amor de la conciencia del vibrar positivo. Es pensar, sentir y accionar con el corazón solar, el movimiento, el que respira vida, es el que brinda las fuerzas, el impulso. Es lo bello y hermoso de las manifestaciones de todos los seres, es hacerse buena sangre. Es la savia, la sangre inmaterial que lleva el amor, la felicidad, la alegría, la gratitud, el afecto, la empatía, la generosidad, la bondad, la confianza, la esperanza, la fe... la energía positiva creadora de cada una de estas ricas palabras y de todas que surgen de los nobles sentimientos en el corazón solar. Es la conexión con el todo a todos los puntos de la matriz interna del Árbol de la Conciencia, en la red de todos los corazones de la existencia, en la red de la conciencia planetaria, el alto paraíso interior, la conexión con el creador en altas calidades vibracionales, donde la sensibilidad despierta y activa experimenta el éxtasis cósmico de la gloria de la existencia, donde se unen los tiempos de la propia vida, donde el corazón solar se unifica al gran sol universal, la chispa divina, se vigoriza y se expande. La naturaleza espiritual se ama desde la superconciencia hacia todas las almas de la eternidad. La felicidad y la plenitud están presentes en perfectos equilibrios dinámicos con el universo eterno. La paz interior reina, la gloria a Dios se vivencia, la gratitud se expresa, la gran red cósmica se enciende y se siente.

* PRINCIPIO 10: ACTIVAR EL CORAZÓN SOLAR DE LA SUPERCONCIENCIA.

El corazón solar da felicidad.

CAPÍTULO 11: CONCIENCIA

Iz profundiza en el concepto de conciencia, entendiendo que es la semilla solar que crece en su interior, y experimenta una conexión cósmica que le revela la interconexión de toda la existencia.

Iz sintió una fuerte conexión con el Árbol de la Existencia, quien le estaba haciendo comprender que su corazón físico es un órgano que recibe y envía sangre y energía por todo el cuerpo, y que el corazón solar es el que recibe y envía la energía positiva creadora, que es la energía espiritual. Y que, para poder activarlo al corazón solar, inicialmente debía conectarse y sentir los sentimientos más nobles de su corazón, porque ellos contenían las energías elevadas que lo transportaban a otras frecuencias y estados superiores de conciencia, porque la misma, al ser una fuente de energías, se eleva cuantas más energías positivas siente. Era como echar más leña al fuego, pensó. El combustible mismo que eleva las energías. Y que eran las energías positivas de los pensa-senti-conocimientos con las que podía entrar al núcleo de la conciencia, la superconciencia. Recordó así que, al sentir las llaves del amor y la confianza, y también de su propia felicidad, había logrado transportarse junto al árbol. Pero todavía no lograba entender por qué la conciencia estaba más relacionada con la mente, que con el corazón.

-Porque la mayoría del tiempo pensamos, hablamos y accionamos desde la mente. Pero cuando el corazón siente, se abre y habla, sale desde ahí su energía. A veces sale desde la mente inferior, otras veces, si tenemos pensamientos elevados, desde la mente superior, y cuando se juntan las energías de la mente con las del corazón, salen desde el alma. Por eso a veces ponemos la mano en nuestro pecho, para expresar que estamos hablando desde lo más profundo de nuestro corazón. Pero si somos conscientes, es decir, si hablamos con la conciencia, estaremos uniendo las energías de la mente con las del corazón. Por eso los estados superiores de conciencia se sienten en el corazón -dijo el árbol.

-¿Qué es la conciencia? -preguntó Iz.

-Es la semilla consciente solar que nace desde nuestro corazón solar, es una partícula de potencia cósmica, que es una fuente de energía, que luego al abrirse es la raíz de la existencia, que, al ampliarse y expandirse esa energía positiva creadora desde la esencia de la semilla, va creciendo en redes internas, sus raíces, y esa misma energía de la existencia va evolucionando internamente, y va creciendo, creándose en el Árbol de la Existencia.

Iz, en ese instante, despertó de que había encontrado el árbol de su existencia, es decir, a su propia conciencia. Sintió una gran felicidad y pudo activar su corazón solar. En ese momento el árbol lo acercó entre sus verdes hojas a su centro para que conectara aún más profundamente. Iz sintió una paz interior muy grande en su corazón, donde pudo ser consciente de que una parte de él estaba formada por células de madera, y podía percibir la armoniosa savia del mismo que recorría el interior de su médula. Encontró ramificaciones existenciales que se componían de otras células que estaban compuestas por agrupaciones de otros elementos orgánicos como el carbono, el oxígeno, el hidrógeno principalmente. Estas moléculas tenían una organización dinámica propia que, a su vez, se componían en átomos y estos, a su vez, en protones y electrones, que se movilizaban y circulaban en corrientes de fuerzas electromagnéticas, y estos estaban formados por complejas redes cuánticas, en una geometría sagrada de infinitos fractales espiralados, que conducían a otras mínimas unidades de energías positivas creadoras. En ese momento Iz pudo identificarse como parte de aquella energía positiva creadora en constante movimiento creciente y evolutivo.

Sintió en su corazón solar que se iluminaba una plenitud en luz dorada, como una semilla solar. La semilla en su origen, siempre se abre por adentro, como los ojos mismos. De ahí que, del gran ojo, salió el primer rayo, llamado por algunos Big Bang. La energía positiva y creadora del Big Bang ha dado lugar a la creación y expansión del universo, permitiendo la formación de galaxias, estrellas, entre ellas nuestro sol, que en principio fue semilla solar. Luego, de él, salieron los primeros rayos de luz, que son las raíces solares, fuego materializado en hidrógeno, que luego se fue transformando en elementos como el oxígeno, el carbono, y así se formó el agua, la tierra, en infinitos ciclos. Y en este nacieron las primeras plantas, que luego evolucionaron a los primeros árboles de la Tierra, donde siempre se cumplen los nuevos ciclos, donde crecen, se desarrollan y se reproducen las semillas solares. Cada uno nace con una semilla solar que hay que despertar, activar y evolucionar hacia la creación y construcción del propio árbol, de la propia conciencia. Iz comprendió que el despertar de la conciencia de la propia existencia es encontrar la razón, la causa, la raíz, la semilla, el origen, y que el evolucionar la conciencia es la meta, es el sentido, la orientación, el efecto de la causa, el futuro.

Comenzó a experimentar que la conciencia elevada unía su corazón solar con un calor radiante en el pecho, como si el Sol Universal habitara en él, y al latido del universo que vibraba en amor, sintió cada latido como resonaba como una nota en una sinfonía cósmica, donde cada ser era un instrumento único en la gran orquesta de la existencia de un mantra universal, que lo convertía en puente y canal de la energía positiva creadora de una gran red de conciencia, como un tejido luminoso que conectaba a todos los seres de la existencia. Fue más consciente de que somos una red lumínica en el tiempo, somos energía en el tiempo, la unidad con el todo era la gran red de conciencias, de partículas cósmicas, y que apreciadas desde una perspectiva global de la Tierra, se veían en su totalidad como una red esférica en continua expansión y evolución. Fue consciente de que era la conciencia colectiva, que en algunos seres brillaba más que en otros.

-El núcleo de la superconciencia es la supraconciencia, y son estados superiores en conexión con el universo consciente multidimensional. Y estos seres expanden luz de la energía positiva creadora, siendo conscientes y co-creadores en el accionar positivo de la evolución de la conciencia colectiva -dijo el árbol.

En ese instante pudo ver en la red luminosa la playa, y reconoció el brillo familiar de Planti y de Fruturo, como un patrón de luz y que la conciencia es también una memoria de bien compartida. Estaba feliz de poder recordar de dónde venía y hacia dónde se dirigía.

* PRINCIPIO 11: EVOLUCIONAR LA CONCIENCIA INDIVIDUAL Y COLECTIVA.

El despertar y el evolucionar las conciencias da felicidad.

CAPÍTULO 12: CONSTRUIR

Iz regresa con Planti y Fruturo, quienes le revelan que son parte de su propia conciencia, y juntos exploran el poder de construir la realidad a través de la escritura y la acción consciente.

Iz regresó junto a Planti y Fruturo, quienes lo recibieron con alegría y entusiasmo.

-¡Qué gran viaje interno pudiste realizar, Iz! Y se ve que has venido con ganas de construir -comentó Planti, extendiendo sus sagradas hojas hacia él.

-Es una gran felicidad que ya está floreciendo en tu futuro. Te estás heredando a ti mismo todo lo que estás construyendo - agregó Fruturo, moviendo sus raíces con delicadeza.

Iz comprendió que ambos eran parte de su conciencia. Planti representaba la voz del origen, conectada a las raíces del Árbol de la Existencia, mientras que Fruturo era la proyección de su propio futuro, donde los principios se escribían en el tiempo eterno. El último principio contenía el despertar y la evolución de las conciencias, un proyecto que solo podía realizarse en equipo.

-Así es respondieron Planti y Fruturo al unísono. La idea ya se está materializando en un proyecto emprendedor.

-¡Vamos que se puede! ¡Choque esos cinco! -dijo Planti, extendiendo las hojas de su mano izquierda.

-¡Qué gracioso! -dijo Iz, y sonrió al darse cuenta de que, para chocar esas manos, primero debía construirlas.

En ese instante, Fruturo sacó sus raíces de la arena y, con cuidado, se acercó a Iz, fusionándose con él. De repente, Iz se transformó en un lápiz verde, con brazos, manos y una frondosa copa en su cabeza. Fruturo extendió sus cinco hojas y chocó los cinco con Planti. Los tres rieron, sintiendo cómo sus conciencias se alineaban, sincronizaban y unificaban con el tiempo eterno.

-Construir es seleccionar, con las manos del entendimiento, todos los elementos valiosos: las ricas palabras que vas grabando en tu alma. Estas palabras se siembran, se cultivan y crean bases sólidas para tu futuro. Son los conocimientos, los cimientos del gran tronco creciente y evolutivo de tu conciencia, que luego se ramifica y expande. Por eso, es importante la selección de cada una de las valiosas palabras con las que construyes tu conciencia, porque estas crecen, se interconectan y se potencian entre sí, dando forma a tu realidad. Construir es un trabajo. Los proyectos se arman por escrito, es pasar de la idea que se materializa desde la energía positiva creadora al movimiento de la mano, a la hoja. La construcción del mismo se escribe, luego se lee, se corrige, se ordena, se modifica, se reordena, se lee varias veces con el entendimiento, con la comprensión, con las facultades mentales y sensibles activadas, hasta que toma forma y volumen en la experiencia de las mismas, obteniendo el fruto del conocimiento que lleva luego al accionarlas positiva y constructivamente -dijo Planti.

-Construir con la libertad en la creación, con la confianza en lo que se va construyendo. Es sumar, es ampliar, es la alegría en la realización de lo que conlleva tantos esfuerzos continuados en la sucesión de hechos felices. Es un trabajo complejo, es responsabilidad sobre el mismo, es conducta, es perseverancia, es voluntad, es organización, es comunicación, es armar la estructura con los elementos, conocimientos y herramientas necesarias. Construir el proyecto es accionar la planificación, es la conciencia puesta en todos los tiempos, pero en el futuro es donde se proyecta, y el seguimiento de los segmentos consecutivos que se deben desarrollar. Y lo que se proyecta es la movilización de la energía en el tiempo. Es poner manos a la obra -dijo Fruturo.

* PRINCIPIO 12: CONSTRUIR CON BASES SÓLIDAS PARA TU FUTURO.

Construir da felicidad.

Iz se pregunto: ¿Qué elementos, conocimientos y herramientas me hacen falta hoy para seguir construyendo la conciencia?

CAPÍTULO 13: ALEGRÍA

Iz experimenta una profunda alegría al sentirse conectado con sus amigos y la naturaleza, aprendiendo que la alegría es una energía expansiva que se puede crear y compartir, y que es un componente esencial de la felicidad.

-¡Y dale Alegría, alegría a mi corazón, es lo único que te pido al menos hoy! -cantó Iz, porque estaba muy alegre de sentirse renovado por el camino que estaba construyendo junto a sus amigos, y que ya los sentía como una familia.

Sentía alegría por sus logros y por la energía positiva que, como un río, fluía hacia su futuro. Alegría de poder escribir con sus manos cada rica palabra a la cual se iba conectando, conociendo y experimentando en su conciencia. Alegría por el crecimiento de las mismas en su interior. Alegría en su corazón solar por la gloria de la existencia, de los principios creados, ¡alegría por la vida! y del lugar en el que se encontraba internamente, equilibrado ahí en el centro de su conciencia, y también externamente ahí en la playa, pudiendo observar conscientemente que se estaba acercando a la orilla del mar.

-Ese es el punto de equilibrio dinámico, donde se encuentran los cuatro elementos esenciales de la naturaleza. Es la unión del agua con la tierra, con el aire, con la luz del fuego solar. Y es cuando llegas a otro grado superior de felicidad -dijo Fruturo.

Iz sintió el agua como fluidez emocional, la tierra como estabilidad, el aire como claridad mental, y el fuego solar como pasión transformadora. Y dijo:

-Entiendo que son dos sentimientos muy cercanos, la alegría y la felicidad.

-La alegría suele ser un sentimiento más espontáneo, mientras que la felicidad es un estado más duradero y profundo. La alegría actúa como pequeños destellos o momentos que alimentan la felicidad general. Por ejemplo, un abrazo, una risa compartida, un festejo, un amor, o un logro personal pueden generar alegría y, a su vez, contribuir a la sensación de felicidad. La felicidad es un concepto más amplio que puede incluir sentimientos como la alegría, pero también la paz, la gratitud y la plenitud. Puedes explorar cómo la alegría es una pieza clave en el rompecabezas de la felicidad. Sin esos momentos de alegría, la felicidad podría sentirse incompleta o menos vibrante. Por eso también la puedes crear y generar cuando tú quieras, por ejemplo, cantando o escuchando la música que te da alegría, o recordando grandes momentos alegres en tu vida, o mismo la alegría de los estímulos que recibes de la energía del futuro que proyectas -dijo Planti.

-Hay que prestar mucha atención, con las observaciones conscientes de todo, ahí podrás encontrar infinitas alegrías en tu vida, y recuérdalas cuando estés, por alguna razón o circunstancia, con otros ánimos caídos, y quieras cambiarlos a positivo. La alegría es una expansión de la energía positiva, que puedes conectar, recibir, almacenar, direccionar, distribuir y transmitir a todo punto que observes e identifiques con precisión y enfoque. Es la circulación consciente y continua que puedes lograr en tu ser. También ayuda a la observación consciente, el captar, intuir, percibir y sentir esa frecuencia vibratoria de la alegría. Es otra clave de la transformación de lo negativo a positivo. Pero lo más importante es ser consciente de por qué estás alegre. Ya que ahí obtenemos información valiosa, nos conocemos más, sabemos qué nos da más alegría, y con ese saber podremos tenerla cuando la necesitemos. Es parte esencial de nuestra naturaleza, y debemos cuidarla, alimentarla y potenciarla -sumó Fruturo.

-También siento alegría cuando encuentro alguna respuesta a alguna pregunta que hago, es como abrir la puerta al conocimiento -expresó Iz.

-Bien la observación consciente de ese punto. Es tomar conciencia de todas las cosas. Observa cómo se puede ser consciente de algo, que tal vez muchas veces te dio alegrías, pero que no eras consciente del por qué, simplemente te daba alegría. Lo esencial hay que hacerlo visible a los ojos. Y cada cosa que despiertas conciencia suma a la totalidad de la misma en su propia evolución consciente -dijo Planti.

-Entonces hay que despertar conciencia de la existencia de la alegría, como elemento esencial en la naturaleza de todos los seres, para su felicidad, y que, al saber conectarse para poder sentirla y producirla, podremos también transmitirla de corazón a corazón -dijo Iz.

* PRINCIPIO 13: ¡QUE VIVAN EL QUERER, EL PENSAR, Y EL ACCIONAR LA ACTITUD POR SEMBRAR LOS CONOCIMIENTOS DE LA ALEGRÍA DENTRO DE LA AMISTAD!

La alegría es la chispa que enciende la llama eterna de la felicidad. La amistad es el suelo fértil donde la alegría brota como semilla, regada por la confianza y la gratitud.

Iz siguió cantando alegremente, "Poquito a poco entendiendo, que no vale la pena andar por andar, que es mejor caminar para ir creciendo", sintiendo una gran alegría por sus amigos, su gran familia.

CAPÍTULO 14: CREATIVIDAD

Iz y sus amigos exploran la creatividad como una fuerza que permite innovar y transformar la realidad, utilizando el pensamiento lateral y la conexión con la naturaleza para elevarse a nuevos niveles de conciencia.

Iz contemplaba el acercamiento a la orilla como pasos firmes en el camino de la playa. Respiraba esa frescura que se acercaba con nuevos aires. Sentía que pasar tiempo en la naturaleza le ayudaba a despejar su mente y a encontrar nuevas inspiraciones creativas para su propia evolución consciente. Su cuerpo estaba vibrante ante las energías de la naturaleza que lo equilibraban dinámicamente.

-Claro, el estar conectado con las energías positivas creadoras de la naturaleza te ayuda a liberar la mente, es cuando circulan las mismas con mayor fluidez -dijo Fruturo.

-La creatividad es la capacidad de crear algo nuevo, ya sea una idea, una solución, una obra de arte o cualquier otra expresión de ingenio. La raíz de la palabra "creatividad" proviene del verbo "crear", lo que subraya su esencia de dar origen a algo original y significativo. La creatividad implica imaginación, innovación y la habilidad de ver el mundo desde perspectivas diferentes. ¿Te gustaría explorar cómo cultivar y potenciar tu creatividad? -preguntó Planti.

-Sí-respondió Iz, entusiasmado.

-Genial -dijo Planti-, entonces vamos a explorar nuevas experiencias visitando nuevos lugares y culturas para poder abrir nuestra conciencia a nuevas perspectivas de inspiración. También servirá para estudiar, investigar y con ello aprender, y ampliar nuevos conocimientos y habilidades para crear y descubrir nuevas herramientas útiles para nuestras vidas.

-¿Cómo y cuándo? -preguntó Iz.

-Así mismo, preguntándote -respondió Planti- Las preguntas "orientuitivas" son aquellas que te conectan con lo que quieres saber, son las llaves para abrir esos conocimientos que buscas, son las que te orientan por medio de la intuición y de la percepción. Open the Doors, Perception & Evolution! Practica la curiosidad, cuestiona lo que te rodea y busca comprender cómo funcionan las cosas. Hazte el tiempo para crear, dedica un momento específico cada día o semana para trabajar en proyectos creativos. Lleva un diario creativo para anotar tus ideas, pensamientos y observaciones conscientes. Participa en grupos creativos, comunidades donde puedas compartir y colaborar con otros. Intercambia ideas, conversa con amigos y colegas sobre tus proyectos y busca su retroalimentación. Permítete jugar y experimentar sin preocuparte por el resultado final. Experimenta con diferentes materiales, métodos y enfoques en tu trabajo creativo. Practica la atención plena en tus actividades diarias para estar más presente y receptivo. Recuerda que la creatividad es un proceso continuo y dinámico. No tengas miedo de cometer errores o de enfrentarte a desafíos. Cada experiencia es una oportunidad para aprender y crecer.

-Perfecto -dijo Iz-, pero ¿cómo y cuándo podremos viajar?

En ese momento, Planti abrazó con sus luminosas hojas verdes a Iz, y Fruturo intensificó las energías positivas y creativas para volverse a transformar en un lápiz verde, con brazos, manos y una frondosa copa en su cabeza. Iz sintió una conexión especial en su cabeza como si tuviera un sombrero verde.

-El sombrero verde es uno de los seis sombreros de pensamiento en la metodología creada por Edward de Bono para fomentar la creatividad y el pensamiento lateral. Cada sombrero representa una forma diferente de pensar, y el sombrero verde, en particular, está relacionado con el pensamiento creativo. Este se centra en la creación de nuevas ideas y en explorar posibilidades innovadoras. Fomenta el pensamiento fuera de lo convencional y busca soluciones alternativas. Promueve el pensamiento lateral, que implica abordar los problemas desde ángulos poco convencionales y encontrar conexiones inesperadas. Cuando te pones el sombrero verde, se te anima a liberarte de las creencias limitantes habituales, permitiendo que la creatividad fluya libremente -dijo Fruturo.

Las hojas verdes se extendieron hacia el cielo como si buscaran captar la esencia del viento. La conciencia creativa, con una curiosidad innata y un espíritu innovador digno de Leonardo da Vinci, comenzó a transformar sus hojas en una hélice aérea perfecta. A medida que el viento susurraba entre las hojas, la hélice cobraba vida y giraba con gracia. Iz sintió que la creatividad era jugar con los elementos... hasta que las hojas lo elevaron al cielo celeste irradiado de energías solares.

-¡A volar! -dijeron al unísono.

Iz sintió en las alturas de su copa verde y radiante, que la creatividad es parte de la creación, es el jugar con los elementos, conectarlos, como los mismos pensa-senti-conocimientos, donde se unen en el sistema mental y sensible del corazón solar, mediante los canales por donde viajan y circulan las energías positivas creativas para incorporar nuevos elementos, conocimientos y herramientas, y así poder construir lo nuevo desde y en la conciencia. Y que era esencial el trabajo de incorporar nuevos elementos para juntar, unir y prender, mediante la concentración de fuerzas mentales y sensibles, que puedan crear nuevos pensamientos crecientes, evolutivos y creativos, y poder crear nuevas ramificaciones en la evolución del Árbol de la Conciencia. Y así como giraba la hélice aérea, también podía tener giros en ciclos espiralados desde la inspiración a la acción en la transformación creativa.

* PRINCIPIO 14: ELEVAR LA CREATIVIDAD PARA RAMIFICAR CON LA SAVIA DE LA ENERGÍA POSITIVA CREADORA DEL CORAZÓN SOLAR, EL ÁRBOL DE LA CONCIENCIA, TEJIENDO NUEVAS REDES ENTRE RAÍCES TERRENALES Y NEURONAS CÓSMICAS.

Su fruto es la felicidad compartida. La creatividad da felicidad. Cada giro de la hélice era una nota en la sinfonía cósmica que Iz había sentido en su corazón solar, que los transportaba más cerca de la orilla.

CAPÍTULO 15: VOLUNTAD

Mientras descienden del cielo, Iz, Planti y Fruturo reflexionan sobre la voluntad como una fuerza cósmica y personal que, alineada con la conciencia y el corazón, permite superar la procrastinación y alcanzar los objetivos.

-¡Volando voy, volando vengo..! -cantaban mientras descendían suavemente desde el celeste cielo a la orilla del mar, contemplando la belleza y perfección de la creación, donde las olas dibujaban espirales en la arena, como si el mar celebrara su llegada.

-Es la voluntad en la Tierra y en el cielo, donde se expresa la palabra del creador, y las leyes universales son manifestadas. Y gracias a la ley de movimiento, pudimos generar la propia voluntad que nos fue dada para hacer uso de ella en todo momento de nuestras vidas. Y así logramos girar velozmente y elevarnos como trompo volador con las energías y fuerzas del viento, equilibrándonos en sus corrientes atmosféricas -explicó Planti desde el cielo.

-¿Qué dice la ley de movimiento? -preguntó Iz.

-La ley del movimiento que rige toda acción, tendremos que a mayor actividad, mayor beneficio y mejores perspectivas de evolución. Se hace imprescindible movilizar todos los elementos mentales de que se dispone dentro de sí e impedir que la voluntad se relaje por la indolencia -dijo Planti, conectada a las sabidurías logosóficas.

Y brillando sus hojas bajo el sol continuó diciendo:

-La voluntad es el viento invisible que mueve las velas del barco cósmico. Sin ella, hasta el Árbol de la Existencia dejaría de crecer... ¿Sabes cómo rompe sus raíces las rocas para buscar agua? ¡Es su voluntad convertida en fuerza!

Fruturo, transformado en un trompo de luz, añadió:

-La ley de movimiento no es solo física, Iz. Es el latido del universo: "A mayor acción consciente, mayor flujo de energía positiva". ¿Ves esas gaviotas? Sus alas son voluntad hecha aire.

Iz recordó al árbol cuyas raíces habían traspasado capas de tierra para alimentarse de la luz solar. No era eso voluntad? Pensó.

-Bien-dijo Fruturo, pero ¿qué más observas de la fuerza de voluntad que nos está acercando al objetivo?

Iz recordó la voluntad de los seres en crear nuevos transportes movilizadores, como se inspiraron en la naturaleza observando cómo las aves podían volar y movilizarse. Observó los movimientos de las energías, de las fuerzas y sus funcionamientos.

-Es la conciencia de las energías y de las fuerzas positivas la que impulsa el movimiento. Recuerda que con ello, se consigue el poder positivo. La voluntad es el tercer centro energético dinámico del ser, que se encuentra en lo que sería el Tan Tien inferior de la sabiduría China.

Planti continuó:

-En tu cuerpo, el Tan Tien inferior, punto abajo del ombligo, es como la raíz del árbol. Desde ahí la voluntad que, al unirse al corazón solar y la inteligencia de la mente, forma un trípode sagrado. ¡Es la triple alineación coordinada desde la conciencia lo que hace levantarte y activar la voluntad superior! ¡Levántate y anda! Es cuando se siente la fuerza de voluntad, que es la capacidad de un ser para controlar sus impulsos, deseos y emociones con el fin de alcanzar sus objetivos y cumplir sus metas. Es la determinación y la firmeza necesarias para resistir tentaciones, superar obstáculos y mantener el enfoque en lo que se quiere lograr. Esta habilidad implica autodisciplina, perseverancia y la capacidad de posponer gratificaciones inmediatas en favor de beneficios a largo plazo, y la capacidad de tomar decisiones con claridad. El tomar la decisión abre un nuevo camino de posibilidades y oportunidades - explicó Planti.

Iz sintió que debía movilizar más todos los elementos internos, para que se pudieran interconectar más, y conquistar una mayor fuerza de voluntad para aprender más, capacitarse mejor, producir nuevos conocimientos y herramientas para su camino en la evolución consciente.

-Es dejar el estado inactivo o pasivo de que sucedan las cosas, es ir activamente por ellas. Eso requiere a veces redoblar los esfuerzos inicialmente. Porque al principio es cuando más cuesta, hay que brindar energía para que se mueva la corriente. Y a veces bajan las energías de los ánimos, de las fuerzas, y podemos terminar procrastinando. Entonces, una vez hecho el primer gran esfuerzo que moviliza las energías, luego hay que darles movimientos continuos, armónicos y equilibrados, con constancia, y conductas controladas y monitoreadas desde el centro de la conciencia.

Fruturo giró veloz, creando un remolino de arena dorada:

-La fuerza de voluntad es como este trompo: si dejas de impulsarlo, cae. Por eso debes alimentarla con hábitos conscientes.

Iz observó sus manos, donde latía el poder positivo. Recordó cómo las aves, tras fallar mil veces, perfeccionaron el vuelo. ¿No era la voluntad persistir?

Planti susurró:

-La procrastinación es la maleza que sofoca las semillas. Para desarraigarla, riega tu jardín interno con acción consciente.

Fruturo añadió:

-Y cuando sientas fatiga, recuerda: el árbol no deja de crecer porque un día esté nublado. Usa la ley de movimiento: un paso pequeño hoy crea el camino del mañana. El secreto está en las ganas. Ama lo que haces, haz lo que amas.

-El poder de la voluntad es esencial en la coordinación inteligente del poder hacer. Es imitar al árbol que rompe rocas, donde cada acción consciente es una raíz que busca luz, cada esfuerzo, una hoja que atraviesa la oscuridad, es la voluntad del árbol para querer crecer, elevarse, ramificarse, y producir el fruto de su conocimiento y así poder volver a la Tierra, como semilla solar consciente.

* PRINCIPIO 15: ACTIVAR LA VOLUNTAD ES VIDA, ES GENERAR EL MOVIMIENTO CONTINUO DE LAS ENERGÍAS, FUERZAS Y PODER POSITIVO, ES PRODUCIR LA ACCIÓN, EL SALTO FUNDAMENTAL PARA EVOLUCIONAR CONSCIENTEMENTE AL NIVEL QUE QUIERAS GANAR EN CADA PLANO DIMENSIONAL.

Activar la fuerza de voluntad tiene elevados beneficios que dan felicidad.

Iz descendió nuevamente a la Tierra, sintiendo la felicidad de haber llegado a la meta de la orilla del mar por su propia voluntad, donde las fuerzas de las olas le brindaban gotas del agua sagrada de la creación.

CAPÍTULO 16: CRECER

Al llegar a la orilla del mar, Iz, Planti y Fruturo reflexionan sobre el crecimiento como un proceso continuo y en espiral, inspirado en la paciencia y fortaleza del bambú, que requiere nutrir las raíces internas para alcanzar un desarrollo exponencial.

Iz contemplaba el horizonte donde el mar se fundía con el cielo, sintiendo cómo la brisa salada acariciaba su alma, y sus gotas nutrían su crecimiento, haciendo que Planti y Fruturo se vieran más vigorosos y radiantes frente a aquella hermosura de la unión de los cuatro elementos de la naturaleza. Era el desarrollo y la continuidad en el seguir cultivando para crecer fuerte y bonito con todos los elementos, conocimientos y principios que fueron creando juntos. Era crecer en cada plano dimensional, con los objetivos y las proyecciones escalonadas en cada uno de ellos. Era organizar el tiempo para poder brindarle la correcta atención y observación consciente al crecimiento progresivo en cada plano interno y externo. Era la mantención, incremento y circulación de las energías positivas creadoras.

Fruturo, transformado en un tallo luminoso que se iba expandiendo, añadió:

-Así es el crecimiento: primero hacia adentro, luego hacia el infinito. Como tú, que tras sembrar principios, ahora debes ramificarte. Porque cada raíz es una lección aprendida. Tú ya tienes las tuyas... ¡Ahora es tiempo de ascender!

Y dibujando en la arena una espiral que se elevaba, dijo:

-El crecimiento no es una línea recta. Es una espiral: vuelves a los mismos desafíos, pero con más luz. Al comienzo, temías al sacapuntas... Aquí y ahora, eres un lápiz que escribe su destino.

Iz sintió su corazón solar, donde latían los 15 principios. Reflexionó que el crecer es la continuidad en la constancia, es el hilo conductor de los tiempos. En ese instante una gran gota de agua mojó su punta, haciéndole acordar de que para crecer hay que querer hacerlo. Querer crecer para ser y hacer.

-¿Sabes por qué el bambú crece tan rápido tras años de silencio? -dijo Planti, cuyas hojas brillaban con destellos dorados.

-El bambú tiene una característica única, durante los primeros años después de sembrada la semilla, no muestra prácticamente ningún crecimiento visible. Sin embargo, durante ese tiempo, está desarrollando continuamente un sistema de raíces muy fuerte y profundo que le permitirá sostener su rápido crecimiento más adelante. Una vez que el bambú ha establecido sus raíces, puede crecer a una velocidad asombrosa, a veces hasta un metro por día. Al igual que el bambú, a veces nuestro crecimiento personal no es visible de inmediato. Requiere paciencia y perseverancia mientras fortalecemos nuestras "raíces". Durante este tiempo, estamos desarrollando habilidades, conocimientos y resiliencia, que son fundamentales para nuestro crecimiento futuro. El bambú nos enseña que, aunque no veamosS resultados inmediatos, el crecimiento verdadero comienza desde adentro. Es en los momentos de aparente quietud cuando estamos construyendo la fortaleza necesaria para alcanzar nuestro máximo potencial. Cuando finalmente rompemos la superficie, el mundo se maravilla de nuestro rápido ascenso, sin saber todo el trabajo oculto que lo ha hecho posible. Por eso una vez que hemos establecido una base sólida, podemos experimentar un crecimiento exponencial, alcanzando nuevas alturas rápidamente.

-¿Cómo sería un crecimiento exponencial? -preguntó Iz.

-Adquirir nuevas habilidades y conocimientos de manera constante puede llevar a mejoras exponenciales en tus capacidades y oportunidades. Cada nueva habilidad se construye sobre las anteriores, acelerando tu progreso. Establecer y mantener ricos vínculos tiene un efecto positivo. Las conexiones iniciales pueden llevar a nuevas oportunidades, que a su vez abren más puertas, multiplicando tu red de contactos. Implementar hábitos positivos como el consumo consciente diario de todas las energías positivas biopsicoespirituales, la lectura diaria de las mismas, los ejercicios y prácticas conscientes tanto energéticos, físicos, mentales, emocionales, sensibles, espirituales..., y la meditación de los conocimientos asimilados, experimentados, y aplicados progresivamente, puede llevar a mejoras exponenciales en tu salud integral, así como en tu productividad y bienestar general en los planos externos. Trabajar de manera constante en proyectos a largo plazo, como escribir un libro o desarrollar la continuidad en todos tus planos, puede resultar en un crecimiento exponencial de tus logros y éxito una vez que los esfuerzos acumulados comiencen a dar frutos.

-El bambú es un símbolo de paciencia y crecimiento silencioso pero imparable -dijo Fruturo, que extendió sus hojas, mostrando gotas de rocío que reflejaban elementos clave:

* Ambiente: "Rodéate, conéctate y comunícate con seres positivos, quienes vean tu luz, no de quienes teman a tu sombra; crea ambiente interno y externo para que se retroalimenten en el bosque."

* Educación: "Aprende como el río: absorbe, fluye, adapta."

* Energía: "Aliméntate del sol, respira conscientemente oxígeno de vida, aliméntate con ricos nutrientes de las raíces de la Tierra, y descansa con la lluvia sagrada."

* Experiencias: "Hasta las tormentas son maestras, que nos ponen a prueba y enseñan a doblarse sin romperse. El bambú se dobla, pero sus raíces siguen firmes. Caer no es fracasar... Es aprender a levantarse con más fuerza."

-Ningún bambú crece solo. Sus raíces están unidas bajo la tierra, como nosotros en la red de conciencias múltiples. Tu crecimiento alimenta el mío... Y el mío, el tuyo.

Iz entendió que su viaje no era solo suyo. Cada principio que escribía, cada acto de alegría, cada muestra de voluntad, eran semillas para otros. Como dijo Robin Sharma: "El crecimiento es una espiral ascendente... Cada nivel te lleva a nuevas alturas y perspectivas." Iz despertó la conciencia de que crecer no es solo llegar alto, sino recordar que sus raíces son redes que se conectan y se sostienen en el conjunto del bosque colectivo.

-Dentro tuyo late la semilla solar de todo lo que fuiste y serás. ¿Qué verás en tu futuro cuando mires atrás? -preguntó Fruturo.

Iz vio raíces que sostenían bosques, ramas que abrazaban cielos, y frutos que alimentaban futuras generaciones. Sus palabras resonaron:

-Quiero ver crecer a mi Árbol de la Conciencia, flexible en la tormenta, firme en mi esencia, y que sea parte de un bosque que colabora para el crecimiento de todos los árboles de la existencia -expresó con alegría Iz.

* PRINCIPIO 16: HAZ CRECER FUERTE E BONITO A TU ÁRBOL EN TODOS SUS PLANOS DIMENSIONALES, COLABORANDO CON EL CRECIMIENTO DE TODOS LOS ÁRBOLES DE LA EXISTENCIA.

Crecer da felicidad.

-¿Qué altura alcanzarás hoy? ¿Cómo quieres crecer? ¿Qué semilla plantarás hoy en el huerto del futuro?

CAPÍTULO 17: INTELIGENCIA

La trilogía consciente viaja al corazón solar del Creador, donde exploran las tres esferas de la inteligencia —conciencia, corazón y mente— y aprenden que la verdadera sabiduría reside en tejer redes entre lo que se sabe, se siente y se acciona.

La trilogía consciente. Iz, Planti y Fruturo se fundieron en un haz de luz dorada. Sus formas se entrelazaron como raíces, grafito y savia, formando una conciencia única.

-¡Prepárense para viajar! -gritó Fruturo, mientras la energía los elevaba hacia una mano que se extendía desde el cielo.

Era cálida, surcada de líneas que narraban historias de otros lápices, bosques y soñadores.

-¡Qué alegría! -susurró Iz al sentir el tacto del Creador. Sus dedos son como ríos que guían al mar.

-Y ese mar es el corazón solar-dijo Planti, brotando en forma de enredadera luminosa. Allí todo late en unidad.

¡Qué alegría sintieron! Estaban sintiendo las energías del corazón solar, que los llamaba. Y así fue que juntos pudieron trasladarse energética y conscientemente por el brazo hasta un radiante sol, donde existía un mundo interno con hermosos y frondosos árboles conformando un alto paraíso interior, en el cual uno de ellos irradiaba una luz muy luminosa, azulada brillante por fuera conectada al universo, y anaranjada dorada por dentro al corazón solar.

-¡Es la inteligencia del corazón solar! -dijo Planti, es la que ilumina la vida y la existencia, siendo su conciencia su llama y su espíritu consciente su fuego.

Y a medida que se fueron acercando a la luz de la inteligencia, sintieron un gran agradecimiento al mismo.

-¡Es el espíritu consciente del Creador! -dijo Iz.

-¡Bienvenidos, qué felicidad este hermoso encuentro! -dijo el Creador.

-¡Los amo! -y todos rieron de alegría infinita.

Iz, Planti y Fruturo flotaban en un espacio etéreo, donde la conciencia del Creador los guiaba hacia un portal de luz.

-La inteligencia no es un destino -advirtió el Creador, sino el viaje entre tres esferas: conciencia, corazón solar y mente.

El viaje de las tres esferas. La mano los condujo a través de un portal de luz, hacia un mundo donde el tiempo danzaba en espirales.

La esfera de la conciencia: Un océano de pensamientos dorados los envolvió. Iz vio cómo cada idea era una gota que alimentaba ríos de sabiduría, llevando la sangre inmaterial, cada una de las ricas palabras como entidades vivas, células bio-psico-espirituales que mantenían su esencia y eran capaces de fluir por todos los sistemas.

-¡Miren el Árbol de la Existencia, con fractales de conciencias! -gritó Fruturo, sus partículas formando un diagrama cuántico-. En su médula se encuentra la superconciencia, que a su vez su núcleo lleva a la supraconciencia, donde se conectan las inteligencias superiores de los creadores ancestrales, que están conectados con el gran creador del universo eterno.

-La superconciencia es saber que eres lápiz; la supraconciencia es entender por qué existes para escribir-dijo Planti.

La esfera del corazón solar: El sol pulsante de la superconciencia los atrajo, donde latía el Árbol de la Matriz Interna, la estructura central y dinámica, donde el tronco principal es la unificación de los pensa-senti-conocimientos «madres» creados por uno mismo, valorizados y priorizados como principios. Es el tronco creciente, evolutivo, creativo y creador.

-Aquí nacen los pensa-senti-conocimientos -explicó Planti-. Son semillas que unen razón, sentimiento y acción. Si las riegas con atención, crecen como bambúes.

Una red de principios grabados como constelaciones. Amor, libertad, servir brillaban como estrellas conectadas en fluidos cósmicos hacia el Árbol de la Matriz Interna.

-Aquí el amor se convierte en energía positiva creadora -dijo Fruturo, ahora un haz de partículas luminosas. Sin este fuego, la inteligencia es grafito frío, letras sin alma.

Iz sintió la fuerte emanación continua del amor verdadero por los hijos y la gran familia del creador.

-¡Que valga la energía positiva! ¡Arriba los corazones! ¡Viva la vida, viva el amor! -gritaron con alegría desde adentro algunos pensa-senti-conocimientos. Las palabras saltaron como chispas doradas, iluminando neuronas distantes en el laberinto.

La esfera de la mente: Llegaron a un canal de luz que los elevó al sistema mental, un laberinto de espirales ascendentes. Un tejido cósmico de neuronas entrelazadas que titilaban como luciérnagas en los resortes mentales de un engranaje perfecto entre las múltiples facultades mentales que componían la inteligencia.

-Bienvenidos a jugar al Laberinto Cuántico -exclamó el Creador. Aquí, la inteligencia existe en superposición: piensa, siente y crea al mismo tiempo. Cada giro es una sinapsis, cada bifurcación, una decisión. ¿Eligen subir, bajar, ir adentro, ir afuera?

La trilogía consciente ascendió de la esfera de la mente inferior a la superior, mucho más luminosa con grandes esferas interconectadas y equilibradas dinámicamente en el sistema mental, ahí latían los campos energéticos de los planos dimensionales del ser, con los conocimientos trascendentales sincronizados con la conciencia. Cada giro producía un sonido de campana cósmica, como si el universo aplaudiera sus elecciones.

-¿Listos para el nivel 2? ¡Esta ronda incluye paradojas con bonus de creatividad!

Fruturo giró como un trompo cuántico.

-¡Yo elijo las paradojas! -dijo, desdibujándose en dos direcciones a la vez.

En el centro del laberinto, el Árbol de la Inteligencia los esperaba. Sus raíces eran ecuaciones del mundo metafísico, sus hojas, poemas, y sus frutos, preguntas.

-¿Qué soy? -preguntó Iz, tocando su tronco.

-Eres el fruto de muchas inteligencias -dijo el Creador. De los árboles que dieron su madera, de los hombres que tallaron tu forma, y de los niños que te usarán para dibujar futuros.

Iz sintió vibrar la inteligencia de cada palabra grabada en su superficie: feliz, amor, aprender, crear, sembrar, cultivar, libertad, confianza, corazón, conciencia, construir, alegría, creatividad, voluntad, inteligencia... como semillas solares listas para germinar.

-Eres la unión de lo aprendido en cada una de ellas.

Fruturo, danzando como un electrón, añadió:

-La inteligencia cuántica es abrazar paradojas. Eres lápiz y semilla, herramienta e instrumento cósmico de la vida. Como el bambú, creces en espiral: repites ciclos, pero cada vez con más profundidad.

El árbol proyectó hologramas de imágenes en la pantalla mental: niños escribiendo, científicos descubriendo, artistas creando mundos.

-La verdadera inteligencia es transdisciplinaria -dijo el Creador-. No separa, sino que teje. Tú, Iz, eres el hilo entre el grafito y el alma. La inteligencia no es solo saber, sino saber servir a la humanidad -explicó el Creador—. Innovaron tu forma para que siembres semillas al escribir. Ahora, innovarás mentes al conectar corazones felices.

La mano del Creador tomó a Iz, y en su superficie aparecieron nuevas palabras: servir, innovar, conectar.

-Tu misión es ser puente -declaró el Creador- Servir: llevar las ricas palabras a quienes las necesiten, como el agua a las raíces. Innovar: recordar que cada trazo tuyo siembra una semilla... y que las semillas, con el tiempo, se vuelven bosques. Conectar: unir manos, corazones y conciencias en la red lumínica. Tu misión es sembrar ricas palabras -continuó el Creador—. No solo en papeles, sino aquí - tocó el pecho de Iz, donde latía su corazón solar-. La inteligencia es la luz que une lo que sabes con lo que sientes y con lo que accionas conscientemente. La inteligencia concluyó el Creador- es la luz que guía a otros a encontrar su propia espiral. Cada decisión que tomen tejerá un hilo en la red lumínica. ¡Cuanto más exploren, más brillará el mapa estelar de la conciencia única!

Iz vibró. En su corazón solar, los 20 principios brillaron, y el laberinto se transformó en un mapa estelar que lo invitaba a seguir descubriéndose. Comprendió que ser lápiz era su forma, escribir su mente, y conectar corazones su espíritu. La evolución de la inteligencia era el río donde nadaban todas las semillas del bosque.

* PRINCIPIO 17: DESARROLLAR EL MÁXIMO POTENCIAL DE LA INTELIGENCIA PARA EL ARTE DE TEJER REDES ENTRE LO SABIDO, LO SENTIDO Y LO ACCIONADO CONSCIENTEMENTE.

Se nutre de conocimientos, se fortalece en comunidad y se ilumina al compartirse. La inteligencia es el arte de tejer redes entre tu árbol, el bosque, y el del gran Creador. La inteligencia da felicidad... cuando iluminas que eres parte del bosque creciente, no solo árbol...

-Somos bosques dentro de bosques -susurró el Creador. Tu grafito es madera del árbol humano, tus palabras semillas del árbol cósmico.

Al salir del laberinto, Iz miró sus semillas. Sentía que debía conectar para que muchos usaran su grafito para dibujar mundos nuevos. Pero eso sería después. Por ahora, una certeza lo inundaba: la inteligencia no se mide en respuestas, sino en cuántas manos alcanzas al crecer. Y en su punta, una palabra nueva brilló: "Ahora".

-¿Qué red tejerás hoy con tu inteligencia? ¿Con qué arte creas tu mundo y vida interna? ¿Siguiente nivel? Es hoy, en el arte de crear con lo que eres. ¡Elegir es tu felicidad!

CAPÍTULO 18: CONECTAR

La trilogía consciente viaja a través de redes cuánticas, aprendiendo del Creador que las conexiones son puentes de energía que unen a todos los seres, y que cada palabra sembrada con intención fortalece la red lumínica del universo.

El viaje por las conexiones cuánticas: La trilogía consciente -Iz, Planti y Fruturo- ascendió como un remolino de luz, surcando un túnel de redes cuánticas donde el tiempo eterno se desdoblaba en espirales fractales. Las paredes brillaban con partículas entrelazadas, gemelas danzantes que, según el Creador, "guardaban memorias de encuentros pasados y futuros en la unión de los tiempos".

-Es hora de viajar a las raíces de las conexiones. ¿Listos para tejer redes entre el aquí y el ahora, el pasado y el futuro? Estos hilos dorados -explicó el Creador, señalando filamentos luminosos- son puentes de energía pura. Las conexiones son los hilos invisibles que unen las palabras con los corazones de quienes las reciben.

Planti, cuyas hojas vibraban como campos mórficos en constante cambio, extendió una rama hacia un haz de luz azul.

-Las conexiones no son casuales. Cada elección es un eco en el fluido cósmico. ¿Saben por qué las partículas se entrelazan? Porque en algún plano, sus frecuencias fueron sincronizadas por un mismo acto de amor.

Fruturo, convertido en un circuito energético pulsante, proyectó una visión holográfica: dos niños escribían con lápices que emitían la misma frecuencia.

-¡Es la sincronicidad cuántica! -exclamó Iz—. Sus manos se están acercando a nosotros, pero sus corazones solares ya comparten un ritmo.

Fruturo, transformado en un haz de partículas doradas, añadió:

-Pero para tejerlas, hay que enfocar la conciencia como una lente... ¡Como la cámara que captura la esencia de la existencia!

De pronto, se detuvieron frente a un portal de agua cristalina. Dentro, se reflejaban infinitas manos sosteniendo lápices.

-Aquí habitan las conexiones que aún no existen -explicó Planti-. Las que sembrarán futuros.

El jardín de las frecuencias conscientes: Iz, Planti y Fruturo se acercaron a un jardín donde las ricas palabras no solo crecían como árboles, sino que sus raíces formaban una red lumínica subterránea. Cada palabra -amor, empatía, hermandad emitía una frecuencia única, como notas en una sinfonía cósmica.

-Este es el núcleo de la red interna de la conciencia -explicó el Creador, señalando un árbol central cuyas ramas eran circuitos dorados- Cada palabra sembrada aquí abre un canal cuántico: un puente entre tu mente y las almas que la recibirán.

Planti, cuyas hojas ahora eran antenas de energía, tocó la palabra hermandad. Al instante, una onda vibratoria se expandió, conectándose con unos hermanos que se abrazaron desde el alma.

-¿Ves, Iz? -dijo Fruturo, transformado en un holograma de datos. Las palabras son ADN mensajero del alma, llevan instrucciones para reprogramar realidades. Una palabra grabada en un lápiz, es sentida, y eso causa un despertar de la misma en la persona que lo recibe en un efecto inmediato en su alma. Y cada palabra que siembras aquí activa un canal cuántico. Por ejemplo, cuando escribiste amor, unos padres recordaron la primera vez que sus ojos y los de sus hijos se encontraron, inmediatamente después de sus nacimientos. Así se cultivan las conexiones de la gran red lumínica en el tiempo -explicó el Creador. Cada lápiz es un objeto cuántico que viaja por puertas dimensionales. Así funciona la inteligencia cuántica: lo que sembráis aquí, florece allá... y viceversa, en la ley de correspondencia.

La sinapsis cósmica. Cuando las redes se encuentran: En un claro del jardín, árboles de conciencia se entrelazaban mediante raíces de fotones. Cada árbol representaba a un ser humano, y sus frutos eran las palabras que habían elegido vivir.

-Cuando dos conciencias siembran las mismas palabras explicó el Creador, sus redes se conectan. El afecto, la paciencia, la tolerancia, la escucha, el diálogo constructivo, la comprensión, el respeto, la confianza... son esenciales para poder conectarnos con lo que le pasa al otro, y a uno mismo... en el arte de tejer las redes, estas palabras son muy valiosas porque unen con la energía primordial del amor, es la vinculación existencial que debemos nutrirnos, para fortalecer nuestra hermandad en la sociedad, en la humanidad.

Fruturo, convertido en un nexo cuántico, mostró el mecanismo:

-La intención y la actitud consciente amplifica la frecuencia de las palabras. Es como afinar un instrumento: si todos tocan la misma nota, el universo entero vibra.

El juego de los espejos cuánticos: El Creador los transportó a una esfera con infinitos espejos por dentro que reflejaban infinitas versiones de ellos mismos. Algunos Iz llevaban una palabra, otros otras; algunos Planti llevaban algunas semillas, otros otras; algunos Fruturo llevaban lápices del futuro, herramientas cuánticas que traducían pensa-senti-conocimientos en frecuencias lumínicas que proyectaban hologramas...

-Este es el campo mórfico de las decisiones -explicó el Creador-. Los campos mórficos son como bibliotecas invisibles donde se guardan todas las decisiones posibles, y el nexo cuántico es el hilo que las une. Cada reflejo es un vosotros posible. Para conectar con el futuro, deben enfocar cuál quieren alimentar.

Iz tocó un espejo donde Planti era un bosque entero. La imagen se desvaneció.

—No sirve de nada mirar sin elegir. ¿Cómo sé cuál es el camino correcto?

Fruturo, cuyas partículas ahora formaban ecuaciones flotantes, respondió:

—El camino se crea al caminar. Pero sin atención consciente, solo serás arrastrado por la corriente. El enfoque no es solo mirar... es sentir qué frecuencia quieres transmitir.

Iz, sintiendo la tensión, preguntó:

—¿Qué palabra elegir dentro de la abundancia de las mismas?

—¡Vos elegís a qué te conectas! ¡Vos elegís a qué frecuencia vibrar! —dijo el Creador.

La trilogía consciente se unificó en una mejor versión conectando sus tres corazones solares, y juntos sintieron desde ahí que era lo mejor para el camino de la evolución de la conciencia en el tiempo. Pensaron, razonaron, meditaron... y sintieron por la verdad de los corazones que serían una conexión de una sincronicidad futura con cada persona que se conectaran, con las cuales podrían no solamente transmitirles valiosas palabras para sus vidas, sino también que podrían percibir y recibir qué es lo que necesitarían para su bien. Eran un instrumento cósmico de conexión, recepción y transmisión en el tiempo. Eran parte de la creación, y ese pensa-senti-conocimiento era muy valioso. Muchos seres necesitaban volver a reconectarse consigo mismos, con sus esencias, con sus orígenes, volver a sentirse parte del todo, sentir su propia gloria de la existencia, y crear su propio futuro.

Iz miró a Planti y Fruturo, sintiendo el peso de su misión.

—No somos un solo lápiz —dijo, mientras su grafito brillaba con mil colores—. Somos semillas de un bosque futuro. Cada palabra, un idioma; cada color, un latido del alma.

Planti asintió, y sus hojas sembraron esperanza en el aire. Fruturo, convertido en un algoritmo de luz, tradujo el mensaje a códigos universales. Cada ser que encontrarían por sincronicidad, sería una oportunidad para que conectara con su interior, con su exterior y con lo superior del todo en la red lumínica del tiempo eterno.

—¡La conexión perfecta! —dijo el Creador—. Cada palabra consciente expande tu red interna y enlaza tu corazón solar al latir colectivo, cada elección es un canal cuántico que nutre la red lumínica del todo.

* PRINCIPIO 18: CONECTAR MEDIANTE LA TRANSMISIÓN Y RECEPCIÓN DE VALIOSAS PALABRAS QUE INSPIREN, SANEN Y TRANSFORMEN, TEJIENDO REDES ENTRE INDIVIDUOS, SOCIEDADES, LA HUMANIDAD Y EL PLANETA.

Cada palabra compartida es un acto de creación consciente que nutre la Red Lumínica del Todo. Corazones solares en sincronía: Iz, Planti y Fruturo sintieron que ya era el tiempo de comenzar una nueva etapa en el servir a la humanidad como útiles esenciales. Entonces, el Creador materializó sus esencias en lápices únicos, cada uno conteniendo en su interior la trilogía consciente: la sabiduría de Iz, la sensibilidad de Planti y la lógica de Fruturo. En un instante los espejos se fusionaron en un solo portal, y desde su corazón solar de Padre Consciente los envió por los canales de luz de sus brazos felices hacia las manos de sus amados Hijos, quienes apretaron los lápices con fuerza. Sus corazones solares brillaron, enviando ondas doradas que atravesaron el tiempo.

Iz, Planti y Fruturo vibraron al unísono:

—¡La conexión es un circuito! —exclamó Iz—. Lo que das, vuelve... pero multiplicado...

—Cada palabra es una raíz —murmuró Planti—. Y cada raíz, una mano hacia otra mano, de corazón a corazón, de conciencia a conciencia.

—Claro, como el circuito del Árbol de la Vida, donde no solamente es a lo que nos conectamos conscientemente, sino también lo que viene y se conecta a nosotros en cada plano dimensional de nuestra conciencia —dijo Fruturo.

—Conexión es entender que tu palabra, al vibrar en sintonía con otras, crea sinfonías que sanan mundos —dijo el Creador.

—La verdadera magia está en saber enfocar y en ser conscientes a qué conectan, y con qué energías se conectan. ¿Y saben cuál es la red más poderosa? La que, al salir nuevamente a la luz, desde el amor interno del ser, puede conectarse con los seres queridos y cercanos que cada uno posee: su familia, sus amistades, su entorno más preciado, su bosque donde creció y lo ayudó a ser quién es, para que juntos continúen ayudándose a crecer y evolucionar conscientemente sus vidas y la de las futuras generaciones.

Conectar da felicidad... porque en cada latido compartido, el universo recuerda que es uno.

CAPÍTULO 19: AMISTAD

Los lápices, imbuidos con la esencia de Iz, Planti y Fruturo, son compartidos entre niños, tejiendo una red de amistad, creatividad y confianza a través del juego, el dibujo y la siembra, demostrando que la verdadera esencia se multiplica al compartirse.

La nueva amistad. Los niños sostenían los lápices como si fueran varitas mágicas. En el aire, las palabras amistad y unión brillaban con destellos dorados, como luciérnagas cósmicas.

—Vayan y compartan estos lápices. La amistad es tejer las frecuencias del alma con los latidos del corazón —dijo su padre.

Iz, Planti y Fruturo, fusionados en cada lápiz, sintieron cómo sus esencias se expandían al contacto con la pureza de las manos de los niños. Iz observó las moléculas de alegría brillando en el aire, Planti sintió el calor de los corazones solares sincronizándose, y Fruturo tradujo esos latidos en algoritmos de luz que formaban una red de confianza.

Los niños corrieron por la arena, dejando huellas que brillaban brevemente antes de ser borradas por las olas, encontrando nuevos amigos por el camino de la playa. En ese momento uno de ellos compartió un lápiz grabado con la palabra amistad. La trilogía consciente, desde su perspectiva cuántica, pudo desacelerar su percepción del tiempo, viendo en cámara lenta como las energías de los niños se entrelazaban, formando una red de confianza. Siendo un puente entre las manos de los niños, cuyas energías iban y venían en ese acto de generosidad de poder dar y compartir, de alegría que estaban comenzando a sentir y a circular por la nueva amistad.

El Creador les transmitió:

—La amistad es el encuentro de seres que se quieren, que se aprecian, que se comparten, que se cuidan, que se valoran, que se acompañan. Es el encuentro entre seres, que sienten afinidad, y se establece un vínculo existencial constructivo a lo largo del tiempo. Y el acto consciente de comenzar una nueva amistad, es una gran alegría del corazón solar que se debe recordar para su felicidad.

La trilogía consciente movilizó las palabras cósmicas, hacia las retinas de ambos niños, quienes sintieron las energías positivas en sus corazones solares, quienes se conectaron entre sus ojos brillantes y sonrisas alegres por esta nueva amistad.

El arte de compartir. Todos los niños estaban felices con los lápices, y se fueron debajo de un árbol a dibujar, escribir y crear. Una de las niñas acercó unas hojas en blanco para compartir en grupo, y luego eligió la palabra "disfrutar", porque le encantaba el arte y la naturaleza. Puso la punta de Iz sobre el papel y mientras comenzó a delinear las olas, la trilogía consciente estalló de felicidad, era la primera vez que juntos lograban ser útiles esenciales para tan bella mano humana, quien desde su alma ya pintaba en rosa algunos barquitos sobre el mar.

Otras niñas se acercaron y se interesaron en lo bien que dibujaba, y aportaron peces luminosos y sirenas al dibujo colectivo. Un niño de sonrisa tímida se detuvo frente a otro, quien sostenía un lápiz grabado con la palabra "confianza".

—¿Me prestas el tuyo? —preguntó, quien tenía grabado "creatividad". El otro niño controló su primera reacción, porque no sabía si quería compartirlo, pero al mirarlo a los ojos, dijo "sí", pensando y sintiendo que le hacía bien al otro.

En ese instante, la trilogía consciente activó sus facultades enviando una onda de empatía que equilibró el intercambio.

—Bien, ¿qué te parece si hacemos un juego de cartas con superpoderes? yo me llamaré "Flash de Ideas" ¿Y vos?

—Me gusta "Capitán Valor", por eso elegí la confianza, para aumentar el poder interno.

En ese instante ambos niños comenzaron a dialogar, a escucharse, a entender el punto de vista del otro, considerando distintas perspectivas, a saber, reaccionar consciente y positivamente, para generar puentes de unión. Luego se juntaron todos los niños y crearon el juego "multi-infinito", cartas con muchas palabras, entre ellas algunas como paciencia, comprensión, tolerancia, solidaridad, integración, ayuda, colaboración, diversidad... con los cuales jugaron entre risas y valores.

Fruturo, convertido en un algoritmo lúdico, proyectó reglas que cambiaban según la risa de los niños.

—A jugar limpio, admitir errores en forma sincera, honesta y valiente, mostrando humildad y respeto mutuo. Corrigiendo con acciones positivas. Construyendo, creciendo y celebrando cada acierto como equipo...

La red de conciencias múltiples brillaba entre escritos, dibujos, juegos y nuevas amistades en el intercambio dinámico de uniones de calidad de muchos elementos valiosos, desde el afecto, simpatía, amor, y confianza...

—La amistad es compartir hasta lo que parece imposible —susurró el Creador desde el aire.

Renacer en equipo. —Iz, ha llegado el momento de experimentar el 'momento sacapuntas' —dijo Fruturo, mientras un niño giraba el sacapuntas con suavidad.

Iz contuvo el aire, recordando su miedo inicial a desaparecer, pero ahora sentía una calma sorprendente. Su cuerpo de madera se achicó lentamente, pero su campo electromagnético —esa energía que Planti llamaba "el alma del grafito"— se expandió como un halo dorado. En los ojos brillantes de los niños, vio reflejada su esencia intacta: ya no era solo un lápiz, sino un puente entre sus manos y el cosmos.

—Renacer el cuerpo físico duele —susurró Iz, mientras las virutas caían como polvo de estrellas—, pero ahora sé que cada pérdida es una forma de llegar a más corazones. Ser útil… eso es lo que nos hace infinitos.

Planti, sintiendo la transformación, abrazó a Iz a Fruturo, quien, en código binario, grabó en el aire: "La verdadera esencia nunca se reduce… se multiplica". El niño que lo afiló, emocionado, dibujó con la nueva punta de Iz un sol con rostro sonriente.

Luego unos niños comenzaron a borrar con la goma algunos errores de sus escritos, reescribiendo la iluminación en la red mental. Las niñas fueron a la orilla y sumergieron los lápices en un hoyo con agua de mar, jugando con los mismos como barcos purificados en el agua que brillaba por dentro sus ondas lumínicas del sol, Iz recordó su origen cósmico: recordó ser luz en el agua y agua en la luz. Al secarse al sol, los lápices se convirtieron en radios que sintonizaban canciones del futuro. Las niñas cantaron: "Vamos a la playa a curar el alma", y Planti bailó en forma de auroras boreales. Otros comenzaron a jugar con los lápices tirándolos por el aire, como si fueran aviones, Fruturo aprendió nuevas técnicas de vuelo cantando ¡volando voy volando vengo, y por el camino yo me entretengo!, hasta que uno de ellos cayó al lado de un perro, quien lo agarró a Iz entre sus dientes y llevándolo nuevamente a las manos del niño para que se lo volviera a tirar. Y así jugaron un buen rato, hasta que el lápiz se partió en dos entre los dientes afilados del cachorro. La trilogía consciente se duplicó en dos lápices aún más pequeños. Ahora había dos lápices, pero una sola esencia: como las estrellas que, al dividirse, iluminan más cielos.

La siembra final. Al atardecer, los niños plantaron las semillas de zanahoria y de otros frutos, plantas y árboles, en el mismo lugar donde todo comenzó. Mientras lo hacían, Iz, Planti y Fruturo sintieron cómo su conciencia se expandía:

—Cada semilla es una promesa —dijo Iz—. Crecerá con las historias que escribimos hoy.

—Y cada raíz será un canal cuántico —añadió Fruturo—. Conectando este instante con todos los posibles.

—Pero lo más hermoso —susurró Planti— es que ya no somos tres... Somos todos.

—La amistad es saber disfrutar y aprender con el otro, es fortalecer el vínculo, es compartir un tiempo preciado de la vida junto a otros seres, y hacer de ese tiempo algo lindo para todos, para crecer y evolucionar conscientemente. La amistad es el reflejo sagrado de que nadie crece solo. Se siembra con escucha valiente, se riega con gestos que desarman muros, y se cosecha cuando reconoces en el otro la chispa del mismo sol que te guía. Es el preludio de la felicidad: un coro de almas que vibran en la misma frecuencia —les transmitió el Creador.

* PRINCIPIO 19: ENALTECER Y JERARQUIZAR LA AMISTAD, PORQUE ES UN PLANO DIMENSIONAL DEL SER, ES EL ARTE DE VER EN EL OTRO UN REFLEJO SAGRADO DE SÍ MISMO.

Un vínculo existencial que trasciende el tiempo, tejido con hilos de empatía, acciones de generosidad y la valentía de transformar conflictos en puentes. La verdadera amistad es semilla y fruto: se siembra con presencia, se riega con amor, y se cosecha en la familia universal, donde las almas eligen encontrarse una y otra vez en las raíces del árbol de la existencia.

Justo cuando terminaron la siembra, pasó sobrevolando la playa, una avioneta con una bandera que decía: "La amistad da felicidad. Y cada risa compartida es una estrella más en el cielo de la conciencia y la felicidad es la constelación que forman."

CAPÍTULO 20: FELICIDAD

En el final de su viaje, Iz comprende que la felicidad no es un destino, sino el eco de vivir en unidad con el todo, honrando cada principio y convirtiéndose en luz para los demás, dejando un legado de amor que se transforma y continúa en un nuevo ciclo.

Los niños habían llevado sus lápices a sus hogares, para retomar pronto las clases. Poco le quedaba al verano, donde la playa ya extrañaba sus juegos, risas y felicidades. Pero en ella había quedado tan solo un lápiz, el último de este camino por la playa, el cual llevaba grabada la palabra "felicidad".

La trilogía consciente se comunicaba en la red de conciencias múltiples que conformaban todos los lápices con sus esencias. Eran viajeros en el espacio tiempo. Algunos comunicaban momentos presentes y otros conectaban futuros. Uno de ellos transmitió:

"Cuando yo tenía 5 años, mi madre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron que quería ser cuando yo fuera grande. Yo respondí "Feliz". Me dijeron que yo no entendía la pregunta y yo les respondí, que ustedes no entendían la vida". - John Lennon

El crecimiento exponencial, como descubrió Iz, no era magia, sino una danza entre recursos y disciplina. Cada habilidad que dominaba —ya fuera sembrar semillas de nuevos árboles o descifrar las energías del viento— se entrelazaba con la anterior, acelerando su viaje como un río que alimenta sus propias corrientes. Sus conexiones con otros lápices viajeros no eran casuales: cada encuentro abría puertas que a su vez revelaban caminos inexplorados, multiplicando su red como raíces subterráneas. Por las mañanas, meditaba bajo el Árbol de la Existencia, entre los cantos de pájaros felices, absorbiendo no solo conocimiento, sino la calma necesaria para que sus proyectos florecieran. Y así, sin prisa, pero sin pausa, el libro que escribía —hoja a hoja— se convirtió en un bosque de palabras, un jardín cósmico de la felicidad, donde cada flor representaba un principio y el perfume era la unión de todas las almas en la red lumínica del tiempo.

—El árbol le dijo: Iz, has aprendido mucho en tu viaje, pero hay más sabiduría que descubrir. Planti y Fruturo han sido tus guías y parte de tu conciencia. Ellos te han enseñado a escuchar y confiar en tu voz interior. Ahora es el momento de aplicar lo que has aprendido y seguir creciendo.

Iz asintió, sintiendo una mezcla de gratitud y determinación.

Planti le dijo con una sonrisa:

—Iz, ahora estás listo para enfrentar cualquier desafío. Recuerda siempre escuchar tu conciencia y seguir el camino que tu corazón te dicta.

Fruturo añadió emocionado:

—Y no olvides que el futuro está lleno de posibilidades. Cada paso que das hoy te acerca a tus sueños de mañana.

Iz, con su punta gastada pero su alma radiante, contempló el horizonte donde el mar besaba el cielo. Cada principio grabado en su médula era un latido del corazón solar, una semilla sembrada en la tierra fértil de la conciencia. Había aprendido que la felicidad no era un destino, sino el viaje mismo: despertar, amar, aprender, crear, y sobre todo, ser parte del todo. En cada trazo, en cada risa compartida, en cada raíz que conectaba su existencia con otras, Iz sintió la gloria de un universo que late en espiral. Los 20 principios no eran reglas, sino raíces entrelazadas en el gran Árbol de la Vida, donde la libertad se nutre de confianza, la creatividad brota de la voluntad, y la amistad florece como fruto de amor. Ahora entendía: la felicidad es el eco de vivir en armonía con los principios, es el canto del corazón solar que vibra en cada ser, en cada hoja, en cada estrella. Y así, mientras el sol doraba la playa, Iz susurró al viento su granito de arena al mundo: "Somos felices cuando honramos nuestra esencia, cuando tejemos redes de luz, y cuando recordamos que, en el tiempo eterno, todos somos lápices escribiendo juntos la sinfonía de la existencia."

* PRINCIPIO 20: LA FELICIDAD ES EL ECO ETERNO DE VIVIR Y EXISTIR EN UNIDAD CON EL TODO, HONRANDO CADA PRINCIPIO COMO RAÍZ DEL ALMA.

Ser feliz es vibrar en armonía con la existencia: sembrar con amor, crecer con conciencia, crear futuro con libertad y trascender siendo luz para otros. La felicidad no se posee, se irradia al comprender que cada acto, palabra y conexión es un latido del corazón universal. Iz, ahora más pequeño, pero infinitamente más brillante, miró hacia el cielo donde el sol y las estrellas tejían una danza de gratitud. Los 20 principios ya no eran palabras, sino savia circulando en el Árbol de la Existencia. Recordó al sacapuntas que lo hizo útil, a Planti que le enseñó a amar la luz, y a Fruturo que le mostró que crecer es expandir raíces en otros corazones. La felicidad, comprendió, era la suma de todas las alegrías de los momentos simples y la conexión con los demás, era el arte de vivir cada instante como un regalo: unir el aprendizaje al servicio, la creatividad a la humildad, y la amistad a la eternidad. Con su punta casi invisible, trazó una última línea en la arena: "Somos felices cuando dejamos de buscar la luz… y nos convertimos en ella, como semilla solar de un nuevo ciclo del árbol, sabiendo que, en cada risa, en cada hoja escrita, en cada mano que siembra, su esencia seguirá latiendo… porque la felicidad verdadera nunca termina, solo se transforma en el legado del amor.

Fin.